domingo, 3 de diciembre de 2017

¡VELAD!

EUCARISTÍA DEL 3 DE DICIEMBRE DE 2017. PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO.

Monición de entrada.-
Hoy empezamos un nuevo año litúrgico, y por ello hemos cambiado nuestro lema. El anterior era “La Huella de Jesús en ti”, y el de este año va a ser este: “Un mundo sin fronteras, una Iglesia sin puertas”.


También además hoy empezamos con el Primer domingo de Adviento, que es el tiempo de preparación de los cristianos para celebrar la Navidad. Y por eso hemos puesto también en esta pared este portal de Belén.

Algunos pequeños a lo mejor no sabéis lo que significa la palabra “Velad”. ¿Qué es velar?… Estar sin dormir por “velar” a un enfermo, o un vigilante “vela” para que no entren ladrones en su fábrica. También se suele decir cuando unos padres quieren que a su hijo no le falte de nada y no pase peligros: “No te preocupes, hijo mío, que yo velaré por ti”. Pues la misa de hoy nos va a hablar todo el rato de que tenemos que estar atentos y velar, no dormirnos en los laureles.

¿Y cómo unimos en la misa de hoy estas tres cuestiones: El nuevo año litúrgico con su lema de “Un mundo sin fronteras, una Iglesia sin puertas”, el primer domingo de Adviento con su consejo de “Velad”, y este precioso belén que nos han preparado Fernando, Carmen, José Luis, Pepe y alguno más?

Pues de la siguiente forma: En el grupo de Liturgia que preparamos las misas, nos hemos dado cuenta de que cuando nos toca velar, hay veces que nos dormimos sin querer; y resulta que cuando vamos a celebrar la navidad, nos encontramos muchas fronteras y puertas cerradas; algunas veces es culpa del mundo en general, o de la iglesia, o del vecino, o del gobierno, o de la publicidad (solemos buscar culpables enseguida), pero la mayoría de las veces somos nosotros mismos los que ponemos esas fronteras o cerramos puertas. Por ejemplo, si miramos el belén: qué bonito, qué luces, qué colores y que adornos tan brillantes, pero… Esos brillantes colores no nos dejan ver lo que hay dentro del portal: tan bonito es lo de fuera, que la mayoría no nos hemos dado cuenta de que las puertas están cerradas y de que no se ve lo importante, que es la Virgen, San José y el Niño Jesús. ¡¡¡Tanto adviento, tanta Navidad, tanta preparación, y nos dormimos a las primeras de cambio!!!

Hoy vamos a proponernos para este Adviento y esta Navidad estar bien despiertos, echar nuestra vista más allá de lo superfluo y de los adornos y a no ponernos obstáculos y fronteras para vivir con plenitud el nacimiento de Jesús, pero dentro de cada uno de nosotros.


Peticiones de perdón.-

1. Jesús, perdónanos porque al pensar en la navidad solo por las vacaciones para no ir a trabajar o al colegio, estoy cerrando puertas y poniendo fronteras para que no salga tu amor desde mi corazón a los demás. Señor, ten piedad. (apagar las bombillas del belén)

2. Jesús, perdónanos por fijarnos solo en lo que no es importante de la navidad: lotería, comidas, regalos, adornos, y olvidarnos de lo que sí que es importante: tu venida para darnos amor. Cristo, ten piedad. (retirar las bombillas del belén)

3. Jesús, perdónanos por malgastar tanto dinero en Navidad en cosas que no necesitamos, sabiendo que hay gente que no puede cubrir ni siquiera sus necesidades básicas como la comida, la vivienda o la educación. Señor, ten piedad. (retirar los espumillones del belén)


Monición para la primera lectura.-

El profeta Isaías nos cuenta de una manera larga y difícil en la primera lectura que tenemos que dejarnos moldear por el amor de Dios, y a pesar de que seamos pecadores, el no deja de practicar la justicia por nosotros.

Monición para la segunda lectura.-

Cuando San Pablo escribe a los Corintios, siempre les trata de una forma dulce y cariñosa. Aquí nos persuade a que sigamos a Jesús en su comunión con los hombres.

Monición para el Evangelio.-

San Marcos en su Evangelio nos da la clave para este primer domingo de Adviento: Velad.


Peticiones.-

1. Para que la Iglesia sea como una trompeta que nos despierte todas las mañanas, y que podamos esperar la venida del amor hecho hombre, roguemos al Señor.

2. Por los que tiene la fe dormida por los adornos brillantes y vacíos de la vida, para que sepan escoger lo importante de la navidad, roguemos al Señor.

3. Pedimos a Dios por los sacerdotes, catequistas, médicos, maestros y padres, que son las personas que nos enseñan a estar vigilantes, roguemos al Señor.

4. Para que en nuestro día a día sepamos ser más humanos y no máquinas insensibles a todo menos a la diversión y al dinero, roguemos al Señor.

5. Por toda la familia franciscana, que hoy celebra su día de San Francisco Javier, para que siga vigilante en la fe y sirviendo con humildad a los demás, roguemos al Señor.



Oración final.-

Tenemos que estar vigilantes. ¿Por qué?

Porque necesitamos palabras de aliento de los que están atentos.

Porque el mundo necesita de personas que estén vigilantes y nos avisen de los peligros.

Porque los hombres y las mujeres de este barrio, necesitamos vivir con la cabeza levantada gracias a los que esperan sin dormirse.

Porque esperamos a un dios que nos salve del gran castillo de bienestar que nos hemos montado,

esa frontera con los demás que se tambalea cuando no está El Que Nace cada Navidad.

Esas mentiras que corren, esa ansiedad y corrupción que nos envuelven

y que nos separan de dios y de nuestros hermanos.

Dios sale a nuestro encuentro haciéndose pequeño,

mientras nosotros nos empeñamos en ser cada vez más grandes.

Bienvenido Adviento, bienvenido ese Jesús que se deja abrazar, tocar, besar y amar.

Ese Jesús que entra por cualquier rendija que queda entre las puertas cerradas.

Y que pasa por debajo de las vallas de las fronteras.

¡Cuántas luces iluminando las calles, y los que las han puesto no saben ni por qué ni por quién!

¡Qué ganas tenemos de Niño que nos reúna y que nos haga pensar que el mundo aún tiene solución!

Prepárate. Es dios que llega en persona.



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