lunes, 17 de diciembre de 2018

ADVIENTO: TIEMPO DE ALEGRARSE

EUCARISTÍA TERCER DOMINGO DE ADVIENTO 2018



MONICIÓN DE ENTRADA

¡Buenos días! Hoy celebramos el tercer domingo de adviento. Poco nos queda ya para la llegada de la Navidad. La Eucaristía de hoy nos invita a descubrir de nuevo una dimensión fundamental de nuestro ser cristiano que con frecuencia tenemos olvidada o no entendemos bien: LA ALEGRÍA. “Estad alegres en el Señor” nos dirá hoy S. Pablo.
 La alegría es fundamental para los cristianos porque nace del amor de Dios. No podemos confundirla con las risas y sonrisas falsas, superficiales… que en tantas ocasiones vemos a nuestro alrededor y también en nosotros mismos. La ALEGRÍA (con mayúsculas) nace de la solidaridad, de la esperanza, del optimismo, de la entrega, del esfuerzo…. y todo esto proviene del interior de cada uno. ¿Por qué se nos acusa en tantas ocasiones, y con razón, a los cristianos de parecer amargados, de que nuestras eucaristías sean tristes y apagadas, de andar por la vida con caras largas, juzgando, criticando, imponiendo normas… en lugar de contagiar con nuestra vida la alegría sanadora del Evangelio?

Quizá nos falte creernos que Dios nos ama de verdad y que lo único importante es el amor; quizá nos falte creernos que el niño Jesús que va a nacer en ti y en mí es quien puede liberar al mundo de la pobreza, de la tristeza y de la soledad; quizá nos falte creernos que después de más de 2000 años Jesús quiera seguir naciendo en cada uno de nosotros para que seamos motivo de alegría en el mundo…

Pues ya va siendo hora de que recuperemos la fe y la alegría. Y que nuestra alegría se refleje primero en nosotros mismos, en que nos queramos y aceptemos; que se refleje también en nuestras relaciones con los demás: en nuestra familia y amigos, en el trabajo, en las calles de nuestro barrio, allá por donde vayamos o nos movamos…; y que se note también en nuestras eucaristías.

Vamos a comenzar cambiando la cara por una sonrisa, y vamos también a colocar el emoticono de una sonrisa junto al despertador y al abrazo.



PETICIONES DE PERDÓN

Canción: Maranatha, ven Señor Jesús
PERDÓN por mi egoísmo y mi falta de alegría,
PERDÓN por vivir días sin fe y sin ilusión,
PERDÓN por mi impaciencia, al esperar tu ayuda,
PERDÓN por tantas dudas, que siembra mi razón.

PERDÓN por mi soberbia, al no brindar ternura,
PERDÓN por mi amargura y mi falta de oración,
PERDÓN si no te busco, sabiendo donde hallarte,
PERDÓN si al encontrarte, no te abro el corazón.

PERDÓN por no mirarte, sintiendo que me miras,
PERDÓN por las mentiras que teje mi ambición,
PERDÓN cuando teniendo tu luz, busco las sombras,
PERDÓN por tantas veces que no te pido PERDÓN.




HOMILÍA

Video: El valor de la alegría


Texto del video:

El valor de la alegría

Si no hay alegría,
algo funciona mal en la vida.
Espiritualidad
Generosidad
Sonrisa
Amor
Confianza
Agradecimiento
Perdón
Esperanza
Aleja la pena, la tristeza y el pesimismo.
La alegría es la forma de expresar la felicidad.
Vive la virtud de la alegría.
La alegría es construida desde nuestra paz interior.
Es darse a cambio de nada.
Sin medida, sin interés, por el simple hecho de querer ayudar.
Es valorar todo lo que existe a tu alrededor, manifestándolo con una simple sonrisa.
Nuestro corazón está hecho para la alegría.
“¡Alegraos siempre en el Señor!”
Nuestro corazón busca la alegría profunda, que pueda dar “sabor” a la existencia.
¿Es posible hoy en día una alegría plena?
¿Cómo podemos encontrar la verdadera alegría…
aquella que dura, que no nos abandona en los momentos difíciles?
El sentido de nuestra vida está en ser aceptados, acogidos y amados por Dios…
Una acogida incondicional.
Yo soy amado y tengo un puesto en el mundo y en la historia.
Dios me acepta, me ama…  estoy seguro de ello.
La alegría es fruto de la fe.
Es reconocer cada día la presencia del Señor, su amistad
Es crecer en su amor.
El amor produce alegría y la alegría es una forma del Amor.
Es generosidad, compromiso con los más necesitados.
Es contribuir a una sociedad más justa y humana.
Es perdón y reconciliación
Es contagiosa.
Es un regalo…un don…

La alegría de vivir
La alegría ante la belleza de la naturaleza, la alegría de un trabajo bien hecho,
la alegría del servicio, la alegría del amor sincero,
amistad compartida, descubrimiento de las propias capacidades,
consecución de buenos resultados, sentirse comprendidos, ser útiles para el prójimo,
descubrir nuevos conocimientos, nuevos encuentros…
Llevad la alegría a vuestras familias, a vuestros amigos… compartidla.
“Estad siempre alegres”




Peticiones espontáneas.

En la paz, los niños reparten sonrisas.

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NUMERO 38 DE LA REVISTA EL PORCHE (DICIEMBRE 2018)

Ya está disponible el nº 38 de nuestra revista El Porche. Podeis verlo completo y descargarlo en el enlace 
EL PORCHE 38 (DICIEMBRE 2018)
Os dejamos aquí el editorial que le sierve de presentación:


Hay días en que cuesta levantarse de la cama. Y no es solo por cansancio físico, sino por fatiga mental, porque estamos cansados de la vida, que nos inflige heridas, derrotas y fracasos y nos acarrea altas dosis de desencanto y tristeza. En esos momentos duros de algunas mañanas, la cama se nos convierte en un refugio del que no queremos salir.

No es raro que, sobre todo con los años, nos crezca dentro cierto resentimiento contra la vida. Esto es lo que nos lleva, imperceptiblemente, a huir de ella:
necesitamos marcharnos, evadirnos, romper con lo cotidiano, y solo a regañadientes volvemos a la rutina de todos los días; 
vivimos de espaldas a la mayor parte de lo que nos toca vivir, soñando que la única vida que merece la pena es la del ocio, el viaje de placer y el consumismo; 
si alguien nos preguntara si estaríamos dispuestos a vivir de nuevo nuestra vida, pasando de nuevo por todo cuanto hemos vivido, la mayoría diríamos que no, porque soñamos con otra vida, una vida sin trabajo, sin trabas, sin dolor, sin contratiempos, sin molestias, edulcorada y perfecta.

            No hace falta recurrir a Jesús y a su Evangelio para mostrar lo erróneo de este planteamiento vital nuestro. Basta con recordar a Nietzsche (en apariencia tan lejano de nuestra fe, pero en realidad muy cercano a su clave esencial): para él, el verdadero ser humano (el “superhombre”) es aquel capaz de amar plena y profundamente cada segundo de su vida, sin importarle lo que ese segundo le traiga de bueno o de malo. Dicho con palabras de Kipling: “Si llenas el minuto inolvidable y cierto / de sesenta segundos que te lleven al cielo, / todo lo de esta tierra será de tu dominio, / y mucho más aún: / ¡serás hombre, hijo mío!”.

J. P. Tosaus
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