domingo, 18 de diciembre de 2016

¡CONFÍA!

CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO 18 diciembre de 2016



MONICIÓN DE ENTRADA


-¡Buenos días a todos! Hoy celebramos el cuarto y último domingo de Adviento. A lo largo de estas semanas hemos comenzado a reflexionar sobre el lema elegido para este curso: “la huella de Jesús en ti”.
-Hemos seguido el recorrido del adviento como un regalo lleno de oportunidades para vivir nuestra vida con la huella de Jesús, en medio de aquellas personas que nos rodean y que son referentes para nosotros, especialmente de la familia.
-Hoy, José, el padre de Jesús, nos da ejemplo de cómo confió en su familia para seguir adelante con el proyecto de Dios. Dios confió en él y José, a su vez, confió en los suyos. La vida de Jesús no habría sido la misma sin el cariño, la educación y el apoyo de su padre.
-Queremos agradecer a nuestros padres el regalo de la vida. Y de forma especial agradecer a nuestro buen padre Dios el mejor regalo: Jesús.

 

PERDÓN


-Jesús, en estos días estamos demasiado pendientes de las compras, las comidas, las cenas y los regalos de Reyes y Papá Noel. Se nos olvida que lo más importante de la Navidad eres tú, que te hiciste pequeño como nosotros para ser nuestro amigo y quedarte siempre a nuestro lado. Señor, ten piedad.

-Jesús, muchas veces nos enfadamos con nuestros padres porque no nos dan todo lo que queremos, porque nos castigan en ocasiones, o porque no nos dedican todo el tiempo que nos gustaría. Cuando nos enfadamos se nos olvida que ellos nos quieren y que dan todos los días su vida por nosotros, con su trabajo, su esfuerzo y su preocupación. Cristo, ten piedad.

-Jesús, hay muchas personas en el mundo que sufren y lo pasan mal. Se nos olvida que hay millones de niños que no pueden ir al colegio, que han perdido su vivienda y casi no tienen nada para comer. Y nosotros protestamos por que no nos gusta la comida que nos ponen en la mesa todos los días, y ponemos malas caras por tener que estudiar. Señor, ten piedad.

 

HOMILÍA


El primer regalo de Navidad. 



Dios se nos regala por medio de Jesús. Quiere ser uno de nosotros, el más pequeño y sencillo de todos. Quiere quedarse para siempre, ser nuestra huella. Quiere reír y llorar con nosotros, jugar y crecer a nuestro lado. Quiere ayudarnos a transformar el mundo para que todos seamos felices. ¿Qué mejor regalo hay que éste?

Nosotros también podemos ser regalo cada día. En estos días tan especiales, ¿para quién queremos ser regalo? ¿Y de qué manera? ( Por ejemplo, yo quiero ser regalo para mi familia cultivando la paciencia y la ternura en lugar de agresividad)

Damos unos regalitos de papel para que se escriba en ellos. Luego pueden compartirse algunos de ellos. En el ofertorio se recogen los papeles y se ofrecen como signo de nuestra entrega.

 

PETICIONES


Nuestros papás han hecho posible que nosotros estemos aquí.
Nos cuidan, nos miman (a veces demasiado), nos enseñan, nos educan.
Trabajan para que nosotros podamos crecer cada día y ser felices.
A veces se enfadan mucho y nos castigan, pero enseguida se les pasa.
Juegan con nosotros, nos llevan al fútbol, nos hacen cosquillas
y preparan unas pizzas buenísimas.
Algunas veces los vemos poco, pero eso es porque trabajan mucho.
Algunos papás están enfermos, o quizá ya no están con nosotros,
pero eso no quiere decir que no nos quieran.
Queremos a nuestros papás y te pedimos Señor por ellos. Te lo pedimos, Señor.

Sabemos que existen algunos papás que no se portan bien.
Hacen daño a su pareja, le pegan o le humillan.
Abusan de sus hijos o les maltratan.
Beben mucho alcohol, quizá porque no son felices,
y pierden el control cuando han bebido.
Engañan o roban a otros, seguramente porque no tienen trabajo
y no pueden dar de comer a sus hijos.
Algunos se creen superiores a las mamás y eso no está bien.
Pero también sabemos que no son felices. Y que tú deseas la felicidad para todos. Te pedimos especialmente hoy por todos esos papás. Te lo pedimos, Señor. 


jueves, 8 de diciembre de 2016

¡CONVIÉRTETE!



SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO. 4-12-16. 

 

Monición de entrada.


El domingo pasado, el primero del Adviento, nos acordábamos de los mayores: de su experiencia, de su amor sereno y pausado y de todo lo que podemos aprender de ellos para seguir la huella de Jesús.

Como tenemos claro que esa huella la tenemos que vivir en familia, hoy nos vamos a acordar de otros parientes que viven alrededor de nuestro núcleo familiar y que casi nunca hablamos de ellos, porque a veces los consideramos como de segunda. Los de primera son los padres, los hijos y los hermanos, y a veces los abuelos. Los que yo llamo de segunda son los tíos, primos, sobrinos, cuñados… Pero en muchas ocasiones son tan importantes o más que los de primera.

Porque hay veces que nos llevamos mejor con un primo o una prima que con un hermano, tanto de pequeños jugando como de mayores, e incluso de ancianos. Los sobrinos y sobrinas, los tíos o las tías muchas veces son nuestro ojito derecho, y, como diría una que sale por la tele, por ellos MAAAA…..TO.

De esos “parientes de segunda” podemos aprender muy bien (o enseñar, según en el lado que estemos) a seguir esa huella. Y si no preguntárselo a Jesús, que en el evangelio de hoy tiene a su primo Juan el Bautista allanándole el camino. Decía a voz en grito por las calles: ¡Conviértete!, porque detrás de mí viene el que bautiza con Espíritu Santo. Y esa es la frase que hoy nos da la familia como regalo en nuestra misa. (Abrir el regalo).

Si abrimos los ojos y los oídos a esos familiares que nos quieren, estaremos cada vez más cerca de Jesús, estaremos haciendo Adviento y preparando su llegada.

Peticiones de perdón.


1. Por las veces que cerramos los cinco sentidos a los de nuestro alrededor y solo nos preocupamos de nosotros mismos, Señor, ten piedad.

2. Por las veces que nos encerramos entre las cuatro paredes de nuestra casa y no abrimos las puertas a los demás, Cristo, ten piedad.

3. Por las veces que cerramos nuestras fronteras a los que no son como nosotros, a los que no son de nuestra familia, Señor, ten piedad.

Moniciones para las lecturas.


¡Qué bonito escuchar esta primera lectura del profeta Isaías! Parece que estemos en el país de las maravillas. Ese es el verdadero reino de Dios que tenemos que crear en la tierra siguiendo sus huellas.

San Pablo nos dice, a través de su carta a los romanos en la segunda lectura, que tengamos esperanza en que vendrá el reino de Dios, y que él nos dará paciencia y consuelo en los momentos difíciles.

Juan el Bautista en el Evangelio, no se anda con chiquitas: él se reduce ante Jesús, que viene detrás, pero es capaz de llamar raza de víboras y quemar en la hoguera a las personas o a la paja que no da fruto.

Peticiones.


1. Por todas las personas que nos ayudan a no quedarnos solo en lo superficial, para que nos superemos y crezcamos en lo bueno. Te lo pedimos, Señor.

2. Por las familias que están en crisis, donde hay víctimas de la violencia doméstica, de la soledad y de las injusticias. Te lo pedimos, Señor.

3. Para que Jesús nos enseñe a abrir nuestro corazón a cualquier ser humano y aprendamos a considerarle como miembro de nuestra familia, la familia de los cristianos, los hijos de Dios. Te lo pedimos, Señor.

4. Por todos los que aquí nos reunimos domingo tras domingo, para que la familia parroquial de Valdefierro se haga notar en una vida mejor para todos los vecinos del barrio. Te lo pedimos, Señor.

domingo, 4 de diciembre de 2016

¡VIENE!


Misa Dominical 26 de Noviembre de 2016. Primer Domingo de Adviento. Parroquia Nuestra Señora de Lourdes. Valdefierro.



Monición de entrada.


Hoy empezamos un nuevo año litúrgico. Por eso se ha cambiado el lema que decora nuestro templo. Queremos que este año tratemos de reflexionar sobre nuestra relación con Jesús. A nivel individual y comunitario. Queremos dar importancia a la presencia de Jesús en nuestra vida y en nuestra comunidad, lo que nos une. Por eso este lema: La Huella de Jesús en Ti. La marca que deja Jesús en cada unos de nosotros cuando lo aceptamos y llegamos a. La importancia de que Jesús, que nos une, nos guía y nos cambia, esté presente en nuestra vida comunitaria, que sea el centro de nuestra vida parroquial, de nuestra vida de comunidad, de nuestra vida como cristianos. Su huella nos guía y nos transforma. Este año queremos que nos esforcemos por mantener esa huella fresca y visible.


Y empezamos el año con el Adviento. Adviento, tiempo de espera, de ilusión por lo que viene. ¿Y qué es lo que esperamos? Un regalo muy especial. Un gran regalo: la llegada de Jesús, que deja su huella en nuestra vida, en nuestro corazón. Un gran regalo que podemos vivir en la familia, celebrando el amor familiar como primera muestra del amor de Jesús en nuestra vida. Y hoy lo dedicamos a los mayores de las familias, a los abuelos. Descubramos el Gran Regalo que supone el amor de Jesús en la presencia de nuestros mayores en la familia. Con su entrega y sacrificio hemos llegado a ser lo que somos. Con su presencia mantienen la unión de las familias. Sus consejos, experiencia y sabiduría acumulada durante toda una vida, tratan de evitarnos sufrimientos y errores en nuestro camino. Su fragilidad nos recuerda nuestra débil esencia y la necesidad que tenemos unos de otros. Su cariño sin condiciones nos ha dado seguridad y calor en las frías dificultades de la vida. Tengamos presente hoy a los mayores de nuestra familias: recemos por ellos y tratemos de devolver parte del cariño que nos han dado con pequeños gestos cotidianos, dedicándoles tiempo, escuchándoles, cuidándoles…


Y empezamos así poniendo en la caja del Gran Regalo que esperamos este Adviento a nuestros mayores que, con su experiencia nos avisan de que Jesús Viene. De que tenemos que estar preparados, que tenemos que estar alertas, que a veces se nos va el santo al cielo….





Acto penitencial


Nos dejamos llevar por nuestra sociedad actual, que valora sobre todo la velocidad y la juventud y no dejamos espacio para el tiempo pausado y reflexivo de la conversación con nuestros mayores. Perdónanos Señor.


Nos dejamos distraer por las preocupaciones diarias y nuestros miedos ante la inseguridad del mañana y no dedicamos el tiempo necesario a preparar nuestros corazones para acoger el amor de Jesús. Perdónanos Señor.


Nos dejamos deslumbrar por los brillos del consumismo, del dinero, del prestigio, del poder, del placer y no prestamos atención a la sencillez de la presencia del amor de Jesús en los pequeños detalles de cariño en la familia, el barrio, la parroquia… Perdónanos Señor.





Monición a las lecturas.


En las lecturas de hoy escuchamos la voz de los mayores avisándonos de lo que está por venir y de que tenemos que estar preparados para cuando llegue el momento en que Jesús se acerque a nuestras vidas.


Así en la primera lectura Isaías, nos dice cómo será la nueva realidad en la que el Amor que Jesús nos enseñó esté presente entre los hombres y la paz triunfe sobre la violencia.


Pablo en la segunda carta nos da consejos de cómo tenemos que vivir para poder acoger el mensaje de Jesús en nuestras vidas


Y en el Evangelio, Mateo nos pone de ejemplo a otro de los abuelos de la Biblia, a Noé, que fue muy precavido y estuvo preparado, para avisarnos de que no podemos dejar pasar el tiempo y que si queremos acoger de verdad la presencia de Jesús en nuestra vida, hay que empezar ya mismo a cambiar nuestros corazones.





Oración de los fieles.


Hoy queremos pedir por nuestra Iglesia. Que sea ejemplo de acogida y respeto de las personas mayores. Roguemos al Señor


Por todas las familias de Valdefierro. Que sepan apreciar el regalo que las personas mayores han hecho con sus vidas al barrio y a cada unos de sus hijos y nietos. Roguemos al Señor


Para que las personas mayores se sientan valoradas, respetadas, queridas y necesarias. Roguemos al Señor


Por todos aquellos países y pueblos en los que es difícil llegar a ser mayores y en las que los mayores pasan muchas necesidades y sufrimientos. Roguemos al Señor


Por todos los que estamos aquí reunidos, que tratemos de vivir este adviento como un gran regalo en nuestras familias y que tengamos reservado siempre un lugar especial para los mayores. Roguemos al Señor


Por todos los niños de nuestra parroquia, que disfruten y aprendan de su convivencia con los abuelos y que sepan valorar. Roguemos al Señor





Ofertorio.


Bastón


Con este bastón, que nuestros mayores usan como ayuda al caminar, te ofrecemos Señor nuestro compromiso por ser apoyo y ayuda de todos los mayores de nuestras familia y nuestra parroquia, para que juntos recibamos el regalo del amor.


Manta


Con esta manta, con la que muchas veces nos han arropado nuestros mayores y que ahora necesitan para pasar las tardes de invierno, queremos ofrecer nuestra decisión de arropar con el calor del cariño de nuestras familias a nuestros mayores.


Pan y Vino


Con este Pan y este Vino, que tenemos gracias al esfuerzo y al sudor de muchas personas que han envejecido trabajando para que pudiéramos celebrar hoy la vida, queremos ofrecer nuestro trabajo para que los abuelos ocupen el lugar que merecen en nuestras familias y nuestra sociedad.





Acción de gracias.


Señor Jesús, ayuda a las familias y a la sociedad


a valorar la presencia y el papel de los mayores.


Qué jamás sean ignorados o excluidos,


sino que siempre encuentren respeto y amor.


Ayúdales a vivir serenamente y a sentirse acogidos


durante todos los años de vida que les concedas.




María, Madre de todos los vivientes,


cuida constantemente a los mayores,


acompáñalos durante su peregrinación terrena,


y con tus oraciones obtén que todas las familias


se reúnan un día en nuestra patria celestial,


donde esperas a toda la humanidad


para el gran abrazo de la vida sin fin. Amén.