domingo, 20 de diciembre de 2020

UN ADVIENTO PARA VIVIR APOSTA: SI DE MARÍA

EUCARÍSTÍA DEL DOMINGO 20 DE DICIEMBRE DE 2020. PARROQUIA Nª Sª DE LOURDES (ZARAGOZA)


Es el último domingo de adviento, nuestro último Sí con mayúsculas. Hasta ahora hemos visto el Sí que Dios nos da, el Sí que damos nosotros, ese Sí que damos también con nuestra comunidad. Y el último, el Sí de María. 

Desde Abraham, el patriarca del ecumenismo, patriarca de las tres religiones, padre de los creyentes para la Iglesia, el pueblo de Dios comenzó un camino para la salvación, un camino para la redención. 

Después del sí de Abraham, el más importante es el de María. La salvación, tal y como la conocemos, no sería posible sin este Sí de María. 

Dios la conoce, sabe lo que hay en su corazón y la busca. Él es el primero en darle el Sí, y ella le responde con un Sí personal tan fuerte, con tanta fe, que jamás se aparta de Dios. 

María está siempre ahí acompañando a Jesús desde su nacimiento, apoyándose en él (en el templo), exigiéndole a veces (como en las bodas de canaan), llorando, riendo. María está es sus mejores momentos (como el inicio de la predicación) y en sus peores (durante la pasión). Está en la última cena, pero no a la mesa sino detrás, en la sombra. Está con los apóstoles en la resurrección y cuando comienzan la predicación tras la resurrección. María es una inconformista, es la primera feminista, pero siempre en silencio, en segundo plano, con un Sí incondicional y sin protagonismos. 

María es nuestro ejemplo de creyente; de cómo hay que vivir el Sí para llegar a Dios. 

Con ella a veces confundimos la devoción con la adoración, cuando verdaderamente deberíamos ser IMITADORES de María. 

María es el ejemplo de vida, la madre que te acompaña con la mano hasta el final. Su Sí es el Sí más grande de nuestra historia. 

Y eso nos obliga a que nuestro sí sea como el suyo, o al menos, intentarlo. Ese es nuestro reto diario… te atreves a intentarlo?

 

PETICIONES DE PERDÓN: 

· Perdón Señor porque a veces nos negamos a decir sí a tu venida y acogemos a otros dioses como el dinero, la fama o el poder. SEÑOR TEN PIEDAD 

· Perdón Señor porque es fácil dudar de tu presencia en estos tiempos tan difíciles y convulsos en los que vivimos. CRISTO TEN PIEDAD 

· Perdón Señor porque pensamos más en nosotros mismos que en las necesidades de los demás. SEÑOR TEN PIEDAD 

 

ORACIÓN DE LOS FIELES 

1. Por el Papa, los obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas y todos los ministros de la Iglesia, para que siempre nos celebren los misterios de Dios contenidos en las Sagradas Escrituras recordando el sí que, como María, un día dieron. Roguemos al Señor. 

2. Por nuestras, familias para que den importancia al diálogo, a la concordia y al apoyo mutuo entre sus miembros, recordando a la Sagrada Familia, en la que en medio estaba María. Roguemos al Señor. 

3. Por los grupos sociales y políticos, para que, lejos de buscar sus propios intereses tengan el sentido y el coraje del bien común, siguiendo el ejemplo de la Virgen María. Roguemos al Señor. 

4. Por todas las ciudades y pueblos de la tierra, especialmente por nuestra ciudad, Zaragoza, para que estos días sean de paz, de tranquilidad y preparación espiritual, a ejemplo de María en su tiempo de espera. Roguemos al Señor. 

5. Por todos nosotros reunidos aquí alrededor del altar, para que a ejemplo de María contestemos sí a las llamadas diarias que Dios nos hace y sepamos hacerlas realidad en nuestra vida cotidiana. Roguemos al Señor.










domingo, 13 de diciembre de 2020

UN ADVIENTO PARA VIVIR APOSTA: SI DE LA COMUNIDAD

EUCARISTÍA DEL TERCER DOMINGO DE ADVIENTO. PARROQUIA Nª Sª DE LOURDES

 

MONICIÓN DE ENTRADA 

Buenos días! Nos encontramos ya en el tercer domingo de adviento preparándonos para el nacimiento de Jesús, cada vez más cerca. El primer domingo celebrábamos el “sí de Dios”, incondicional. Dios sigue apostando por el ser humano y se hace presente entre nosotros. El domingo pasado se nos invitaba a dar un “sí” personal, auténtico, el sí de vivir “aposta” siguiendo el Evangelio.
Como hijos de un único Dios, Padre-Madre, y por lo tanto como hermanos, hoy vamos a extender un poco más el “Sí”. Un poco más allá de lo personal se encuentra el “Sí de la comunidad.” Esto nos lleva a vivir aposta con el hermano, codo con codo, como familia, como barrio, como comunidad parroquial, como Iglesia, como sociedad…; siendo testigos de la luz y reflejo de la humanidad de Jesús en medio de este mundo lleno de oscuridades.
Os invitamos a trabajar juntos, a cuidar unos de otros, a respetarnos y mimarnos. Desde la alegría, estando atentos a los hermanos que más nos necesitan en estos momentos, a los más desprotegidos y vulnerables.
Sin olvidarnos de que es Él quien nos sostiene y alienta. Como dice Benedetti en uno de sus poemas, “en la calle codo a codo somos mucho más que dos”.
Es nuestra responsabilidad en un mundo en el que todos formamos parte y que, por lo tanto, es de todos. 

PERDÓN 

-Señor, tenemos tantos “ruidos” que no te escuchamos; necesitamos espacios para nuestro encuentro contigo y decimos no tener tiempo; andamos con tanta prisa que nos olvidamos de ser felices.
Señor, ten piedad. 

-Señor, nos preocupamos de tantas cosas, que a veces dejamos de ocuparnos de lo realmente importante; sentimos que tenemos que “salvar el mundo” cuando no somos capaces de cuidar de nosotros mismos.
Cristo, ten piedad. 

-Señor, no siempre somos conscientes de que el mundo es de todos y que debemos cuidar unos de otros; nos cuesta trabajar juntos; con frecuencia se nos olvida que formamos parte de una misma humanidad y un mismo planeta.
Señor, ten piedad. 

 

HOMILÍA 

Es momento de preparar el Belén. En nuestras casas, en los lugares públicos, en colegios, escaparates … en la mayoría de lugares ya está “montado”. Es algo que disfrutamos en estos días, que nos alegra y enternece. 

Pero sobre todo es momento de preparar el Belén de la vida. No se trata de un belén estático, solo para contemplar. El Belén de la vida lo formamos todos y cada uno de nosotros, cada ser humano. Cada persona, imprescindible, necesaria…y todos cuidando de todos. 

Es momento de sanar, de llevar la buena noticia; es momento de dar testimonio de la luz, de contagiar paz y alegría.

Es momento de mirarnos con respeto y reconocimiento, sin intereses egoístas ni hipocresías.

Es momento de buscar el bien del otro, con sencillez y sinceridad, sin máscaras ni maquillajes.

Es momento de acariciar con ternura, de levantar a los que se han caído y de sostener a quien vacila.

Es momento de caminar por los senderos junto con el hermano.

Hoy, ahora, es el momento de “montar” un Belén vivo, el momento de decir “sí” en comunidad al proyecto de Dios para toda la humanidad.

(Ponemos el vídeo, “el Belén de la vida”) 


 

PETICIONES (Ayúdanos a ser testigos de tu luz) 

1.- Señor, queremos cuidar tu Iglesia; para que sea sencilla, alegre y acogedora. 

2.- Señor, queremos cuidar a las personas mayores; para que nunca estén tristes ni vivan en soledad. 

3.- Señor, queremos cuidar a todos los niños; para que tengan las mismas oportunidades en la educación y en el cariño de una familia. 

4.- Señor, queremos cuidar a las personas adultas; para que no les falte trabajo, ni una vivienda digna. 

5.-Señor, queremos cuidar a los inmigrantes; para que encuentren respeto, reconocimiento y oportunidades allá donde se encuentren. 

6.- Señor, queremos cuidar nuestro planeta; para que nuestros hijos puedan seguir gozando de las maravillas que nos regala. 

7.- Señor, queremos cuidar los unos de los otros; para que este sea el mundo de hermanos que tú soñaste.

domingo, 6 de diciembre de 2020

UN ADVIENTO PARA VIVIR APOSTA: YO DIGO SI

MISA DEL SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO. 6 DICIEMBRE DE 2020.

Monición de entrada.


Llegamos al segundo domingo del Adviento, que tiene como lema la afirmación plena del SÍ. El domingo pasado hablábamos del SÍ que Dios nos da, y que lo demuestra viniendo a vivir con nosotros, a posta, y naciendo como hombre en cada Navidad.

Hoy nos toca decir un SÍ a Dios y a su mensaje a cada uno de nosotros. Un SÍ personal. Jesús nacerá cada Navidad y vendrá a vivir con nosotros como Hombre a propósito, solo si puede hacerlo en cada uno de nuestros corazones.

Hay muchas maneras de decir SÍ. Por ejemplo, una manera de responder SÍ es decir: “Pseé…”, como queriendo decir que nos da igual arre que sóoo que venga el Niño.

Otra manera es responder como los niños cuando reciben una regañina. Dice la madre: - ¿Vas a obedecerme ahora? - Síiiiiii, responde el niño lloriqueando, pero sin ninguna convicción, como nos pasa a veces a nosotros.

Algunos responden con un doble “Si, si”, que en realidad esconden una negación: “Y a partir de ahora, vas a hacer tu la cama”. – “Si, si…”

Los hay que van con Vicente, es decir, donde va la gente, dejándose llevar por la masa, pero respondiendo como ovejitas y sin pensar. –“¿Creéis en un solo Dios Todopoderoso, etc, etc?” –“ ¡Siiiii, creemos!, como si respondieran Visca el Barça.

Por último, están los que dicen y viven un SÍ verdadero, como los novios el día de su boda: - “Si, Quiero”. Un SÍ rotundo, que compromete para toda la vida a estar con la persona amada pase lo que pase, a estar con ese Jesús que va a nacer en 3 semanas.

Este es el SÍ que quiere Dios de nosotros en este segundo domingo de Adviento. Como dicen las mujeres que se manifiestan por una justa igualdad: No es No, y Si es Si. Tan sencillo como claro. Que nuestro bautizo pase de ser con solo agua a ser con Espíritu Santo.


Peticiones de perdón.

- Por las veces que no cumplimos con nuestras promesas y compromisos, Señor, ten piedad.

- Por los momentos en que nos olvidamos del fondo de nuestras creencias, y solo nos quedamos con las formas externas, Cristo, ten piedad.

- Porque no nos preparamos convenientemente para tu venida, Señor, ten piedad.

Monición para las lecturas.

Decir SÍ a Dios no es fruto del momento. Requiere un trabajo previo, una predisposición de nuestro cuerpo y de nuestra alma. Es lo que nos dicen las lecturas de hoy: tenemos que preparar el camino al Señor y allanar sus senderos, y el camino está en nuestro propio corazón.

Peticiones.

- Señor, permite a la Iglesia que nos muestre tu camino a todos los que lo buscan y acoja a los que no te encuentran. Señor, ven a salvarnos.

- Señor, muestra tus senderos a los líderes del mundo, para que trabajen y vivan por la paz y la justicia entre todos los pueblos. Señor, ven a salvarnos.

- Señor, bendice a los que sufren, dándoles la esperanza de un mundo mejor, a través de las acciones de los que nos llamamos cristianos. Señor, ven a salvarnos.

- Señor, ayuda a los matrimonios que están distanciados, a los religiosos que no encuentran la esperanza en tu palabra, a los amigos que han perdido la confianza y el apoyo mutuo. Señor, ven a salvarnos.

- Señor, enriquece a esta pequeña comunidad de Nuestra Señora de Lourdes para que nos apreciemos y respetemos, unidos en nuestra diversidad, y atentos a las necesidades del otro. Señor, ven a salvarnos.



domingo, 29 de noviembre de 2020

"VIVIR APOSTA", NUEVO NÚMERO DE LA REVISTA EL PORCHE

Tras
una breve pausa motivada por la cuarentena de primavera, vuelve la revista "El Porche" de la parroquia Nª Sª de Lourdes de Valdefierro, para recordarnos que estos nuevos tiempos nos piden "Vivir aposta". Os invitamos a leerla y compartirla.

Podeis descargarlo completo en
https://drive.google.com/file/d/11DLInvjuks0_uimcYgZ5u0m8JiHJgb5l/view?usp=sharing


Para ir abriendo boca os dejamos aquí el editorial:

EDITORIAL

Nuestra vida es una urdimbre de impulsos, proyectos y circunstancias que se van organizando casi siempre en forma de costumbres, hábitos y rutinas. A veces, la estructura que forman tiende a ser rígida, y hay momentos en los que nos pesa y agobia... Pero son cosas que nos dan seguridad, nos dicen quiénes somos y quiénes queremos ser, nos guían como un piloto automático en medio de la barahúnda que a veces es nuestra vida cotidiana. De hecho, cuando sucede algo que altera nuestras costumbres y rutinas (un viaje, una enfermedad, incluso unas vacaciones...), pronto nos encontramos añorándolas, pese a que con frecuencia las denostamos.

Con toda seguridad, nunca hasta ahora nos había sucedido algo como lo que estamos viviendo, y viviendo colectivamente. La pandemia ha interrumpido prácticamente todos nuestros movimientos “con piloto automático”. De repente, nos sentimos aturdidos, desconcertados, en vilo por la absoluta inseguridad que esta situación genera.

Pero no podemos aparcar la vida hasta nueva orden. Es verdad que nos enfrentamos a numerosas limitaciones y cambios. Y que la energía con que contamos es limitada (justita, a veces). No tiene sentido lamentarse, sin embargo. Y menos aún sumirse en la tristeza o la apatía. No nos toca a nosotros elegir el momento de nacer, vivir o morir. Lo que sí  podemos y debemos decidir es qué hacer con el tiempo que se nos ha dado. ¿A qué queremos dedicarlo?

Plantearnos esto nos obliga a preguntarnos qué es fundamental y qué es accesorio en nuestra vida, qué consideramos necesario y qué superfluo, qué valor tienen, en el fondo, todas esas cosas a las que hasta hace unos meses dedicábamos tanto tiempo y esfuerzos.

A partir de ahora, y mientras las cosas no cambien, se impone “vivir a posta”, aceptando la invitación de la realidad, y de Dios, a aprovechar la oportunidad de estar vivos, decidiendo a cada paso qué queremos y qué no queremos hacer con nuestra vida, y buscando con creatividad la manera de mantener en ella lo que consideremos irrenunciable.

J. Pedro Tosaus




UN ADVIENTO PARA "VIVIR APOSTA": SI DE DIOS

Eucaristía del Primer Domingo de Adviento. 29 de noviembre de 2020

 

Monición de entrada

Buenos días. Avanza el tiempo y empezamos un nuevo año litúrgico con el Adviento. Tiempo,
como ya sabemos, de preparación. Dios se hace presente entre nosotros de la manera más natural y sencilla, un niño en una cuna, frágil, dependiente, necesitado de todos los cuidados. Este año vamos a intentar poner como objetivo de este tiempo VIVIR APOSTA. Esto significa que a pesar de todo lo que nos puede preocupar, atontar, despistar, tenemos que hacer una apuesta por la vida, tenemos que vivir con determinación, con intensidad, de manera consciente. Tanto los momentos de felicidad como los de dolor. Optando por la vida. Tenemos que decir que SI a la vida de manera decidida, completa. El primer SI a la vida es de Dios, nuestro creador, que se compromete con la vida, con la humanidad, con el mundo. Desde el principio de la creación hasta el nacimiento de Jesús. Y definitivamente con la resurrección. Hay que intentar estar atento a todo aquello que nos hace visible ese SI de Dios a la vida. Nos dice el Evangelio hoy que hay que estar en vela, no nos podemos dormir. Hay que percibir ese SI que se presenta de repente ante nosotros: un paisaje, un encuentro con alguien querido, una melodía. Y de manera aún mas palpable, tal y como nos recordaba el evangelio de la semana pasada, en aquel que nos cruzamos y que necesita de nuestra compañía, de nuestra ayuda, de nuestro consuelo, de nuestro tiempo.

Intentemos estar atentos y descubrir el SI de nuestro Padre.

Intentemos VIVIR este adviento APOSTA.


Peticiones de perdón

Reconocemos nuestra falta de ilusión y compromiso con el SI de Dios para intentar VIVIR APOSTA
Señor, ten piedad de nosotros

Nos falta hondura y coraje para comunicarnos desde el corazón, la proximidad y el encuentro, conociendo la situación de cada persona y considerando su vida como un misterio.
Cristo, ten piedad de nosotros

No somos capaces de contemplar la vida y el mundo con el suficiente amor para comunicar el Evangelio.
Señor, ten piedad de nosotros.

 

Monición a las lecturas

Las lecturas del primer domingo de Adviento ponen ante nuestros ojos la venida del Señor, expresada en Isaías como anhelo de un pueblo que se reconoce lejos de Dios, y que clama, como leemos en el salmo, una nueva vida para poder invocar su nombre. En la segunda lectura y el evangelio, la perspectiva cambia: los cristianos ya han reconocido la venida de Dios en Jesús de Nazaret, como dice Pablo en su carta. Por eso la recomendación es mantener una actitud de alerta, estar vigilantes, para ser capaces de percibir la presencia de Jesús en nuestra vida y mantenernos comprometidos en la construcción del Reino.
Escuchemos atentos.

 

Oración de los fieles

Aguardando la venida del Señor y con actitud de escucha al SI de nuestro Padre, presentemos nuestras oraciones respondiendo: Quiero estar en vela, Señor 

1. Enriquece a tu Iglesia con mucha ternura, Señor, para que muestre tu camino a todos los que buscan, y permanezca vigilante y atenta a la presencia del Espíritu en el mundo. Oremos 

2. Concede, Señor, a nuestra comunidad de Valdefierro reunida hoy, la capacidad de ser testigo de la Esperanza en el barrio, en Zaragoza y en el mundo. Oremos

3. Ilumina, Padre, a los que queremos colaborar en la construcción del Reino, para que seamos capaces de reflejar el amor de Dios a los que no encuentran sentido en la vida. Oremos

4. Acude por medio de nuestras manos, Señor, a aquellos que sufren soledad, enfermedad, marginación, discriminación o cualquier tipo de aislamiento social. Oremos

5. No nos dejes dormirnos sin escuchar el clamor de los que llaman en las puertas del primer mundo desde las pateras, desde las fronteras del hambre o de las guerras. Oremos

6. Envíanos, Padre tu espíritu para que seamos capaces de mantenernos unidos en torno a tu mensaje y con la alegría suficiente para VIVIR APOSTA en el evangelio. Oremos


Oración

Quiero estar en vela, Señor
Preparado para que, cuando Tú llames, yo te abra
Despierto para que, cuando Tú te acerques, te deje entrar
Alegre para que, cuando Tú te presentes, veas mi alegría

QUIERO ESTAR EN VELA, SEÑOR
Que, el tiempo en el que vivo, no me impida ver el futuro
Que, mis sueños humanos, no eclipsen los divinos
Que, las cosas efímeras, no se antepongan sobre las definitivas

QUIERO ESTAR EN VELA, SEÑOR
Y que, cuando nazcas, yo pueda velarte
Para que, cuando vengas, salga a recibirte
Y que, cuando llores, yo te pueda arrullar

QUIERO ESTAR EN VELA, SEÑOR
Para que, la violencia, de lugar a la paz
Para que los enemigos se den la mano
Para que la oscuridad sea vencida por la luz
Para que el cielo se abra sobre la tierra

QUIERO ESTAR EN VELA, SEÑOR
Porque el mundo necesita ánimo y levantar su cabeza
Porque el mundo, sin Ti, está cada vez más frío
Porque el mundo, sin Ti, es un caos sin esperanza
Porque el mundo, sin Ti, vive y camina desorientado

QUIERO ESTAR EN VELA, SEÑOR
Prepara mi vida personal: que sea la tierra donde crezcas
Trabaja mi corazón: que sea la cuna donde nazcas
Ilumina mis caminos: para que pueda ir por ellos y encontrarte
Dame fuerza: para que pueda ofrecer al mundo lo que Tú me das

Quiero estar, en vela, Señor
Entre otras cosas porque, tu Nacimiento,
será la mejor noticia de la Noche Santa
que se hará madrugada de amor inmenso en Belén.
¡VEN, SEÑOR!



domingo, 7 de junio de 2020

CREEMOS EN EL AMOR


Eucaristía del Domingo 7 de junio LA SANTÍSIMA TRINIDAD

INTRODUCCIÓN

Un solo Dios en tres personas distintas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, es el misterio central de la fe y de la vida cristiana, pues es el misterio de Dios en sí mismo.



Es difícil de entender.., los apóstoles llegaron a entenderlo cuando Jesús después de su Resurrección les dijo: “Me voy con el Padre, El os enviará el Espíritu” ; en este día, fiesta de la Santísima Trinidad ¿Qué podemos decir realmente acerca de Dios?...

El Papa Francisco nos dice: la fiesta de la Santísima Trinidad nos hace contemplar el misterio de Dios que incesantemente crea, redime y santifica; siempre con amor y por amor, y a cada criatura que lo acoge le permite reflejar un rayo de su “belleza, bondad y verdad”.

El es “Dios allá en el cielo” pero también “aquí en la tierra” no creemos en un ente lejano, al contrario , creemos en el Amor que ha creado el universo… se ha hecho carne, ha muerto y resucitado por nosotros y como Espíritu Santo todo lo transforma y lo lleva a su plenitud en cada persona, ninguno estamos excluídos, no somos personas aisladas , pertenecemos a un pueblo, a su pueblo, este pueblo que Dios a formado y desea que seamos testigos de su AMOR, BONDAD y su VERDAD

PETICIONES DE PERDÓN
Somos muy ligeros Señor y no percibimos que nos das tu paz SEÑOR TEN PIEDAD

Jesús, dijiste que nos dejabas el ESPIRITU SANTO pero somos poco agradecidos a Tu don. SEÑOR TEN PIEDAD

Tú nos conoces, nos guías y caminas a nuestro lado, y te buscamos fuera de nosotros. SEÑOR TEN PIEDAD.

MONICIÓN A LAS LECTURAS

La primera lectura nos dice, que Dios se da a conocer a Moisés como un Dios de ternura y compasión, lento para la ira y rico en amor, misericordia y fidelidad. El camina con nosotros.

En la segunda lectura, Pablo habla a los Corintios diciendo: El Dios de amor y de paz está con nosotros como Padre, Hijo y Espíritu Sant: es bendición de Dios, una Trinidad de Amor.

En el evangelio Juan dice: El Padre nos envía a Su Hijo, que Dios quiere mucho a su pueblo. Y la prueba es que Él envió a su propio Hijo al mundo, entre los hombres, lo envió para salvarlo ¿qué prueba mayor podemos tener del amor de Dios ¿

PETICIONES

Señor, creaste el mundo por amor para nosotros, velas por cada uno de los seres que lo habitamos. Que sepamos respetar la naturaleza porque es la obra de Tus manos y la casa de todos. SEÑOR DANOS UN CORAZÓN GRANDE PARA AMAR

Padre Dios, nos diste a tu Hijo, El nos trajo la paz, nos dejó su paz. Que seamos constructores de paz y conseguir de esta manera que haya más paz y amor en el mundo. SEÑOR DANOS UN CORAZÓN GRANDE PARA AMAR

Señor ayúdanos y enséñanos a saber estar cercanos de quienes necesitan nuestra ayuda, cariño y comprensión SEÑOR DANOS UN CORAZÓN GRAND PARA AMAR

Te pedimos por la Iglesia, la comunidad parroquial , nuestro barrio. Para que seamos testigos y expresión del amor que Dios nos tiene. SEÑOR DANOS UN CORAZÓN GRANDE PARA AMAR

ORACIÓN FINAL Señor, Dios, Padre nuestro,
tú eres mi Dios.
Que tu sabiduría me dirija,
tu gracia me anime,
tu amor me dé alegría,
tu verdad me proteja,
tu poder me guarde.

Jesucristo, Hijo de Dios,
hermano y Salvador mío.
Que tú te hicieras hombre
es mi gran alegría.
Quiero seguirte;
que tus sufrimientos sean mi victoria,
tu desgracia mi honor,
tu muerte mi vida,
tu resurrección mi bienestar.

Oh Dios, Espíritu Santo,
tú eres mi bienestar,
conviérteme
porque soy pecador.
Devuélveme a la vida
porque estoy muerto,
despiértame
porque estoy dormido.

Disponme para la vida eterna.
Ilumina mi mente,
santifica mi voluntad,
fortalece mis débiles fuerzas.
Quédate conmigo,
vive en mi,
permanece conmigo,
oh Santísima Trinidad,
digna de toda alabanza. Amén. 

(Caspar Neumann, hacia 1700)




domingo, 24 de mayo de 2020

ESTOY CON VOSOTROS

     Parece que esto del coronavirus nos ha hecho poner los pies sobre la tierra en muchos aspectos. Cosas que antes creíamos importantísimas, ahora nos parecen insignificantes, y al revés, cosas que antes no dábamos importancia, ahora son trascendentes. Ahora valoramos mucho más un simple beso, un pequeño paseo por la calle, leer un libro con tranquilidad, poder ir a trabajar, tener las tiendas abiertas, ver y hablar con nuestros amigos y familiares...
    Hoy, en el día de la Ascensión, Jesús, que llevaba 33 años con nosotros con los pies sobre la tierra viendo nuestras necesidades y nuestras carencias, ya nos ha entendido y nos conoce, ya ha hecho su labor entre nosotros y nos deja su doctrina, su manera de hacer las cosas. Y vuelve al Padre. 
    La Ascensión de Jesús no es otra cosa que lo que nos está diciendo en su Evangelio desde hace 2000 años: las cosas importantes de la vida son el amor y la buena relación con tu prójimo y contigo mismo. ¡¡Y que tenga que venir un bichito microscópico a recordárnoslo!!

domingo, 8 de marzo de 2020

CONVERTÍOS A MÍ DE TODO CORAZÓN (2): EL AIRE

               Seguimos en cuaresma, y entramos hoy en el segundo domingo.  Hace 10 días, en el miércoles de ceniza, poníamos en la pared el símbolo del árbol al que le quitábamos las hojas y se quedaba desnudo, preparándose para el invierno. Quería significar lo mismo que para nosotros en nuestra cuaresma: para “convertirnos de todo corazón” necesitamos desembarazarnos de todo lo que nos aleja de Dios, y presentarnos ante Él solo con lo que somos, no con lo que tenemos.
            Así, cada domingo de esta cuaresma nos estamos fijando en una cosa importante de nuestra vida religiosa que vaya vistiendo poco a poco nuestro árbol. El domingo pasado era la tierra, que significaba el lugar donde tienen que agarrarse nuestras raíces. Imposible que un árbol de flores y fruto sin tierra: imposible convertirnos si no nos enraizamos en Dios.

            Hoy vamos a fijarnos en otro elemento primordial para crecer y para la vida. El aire. Las plantas necesitan el oxígeno y el CO2 que contiene el aire para poder hacer la fotosíntesis, es decir, para convertir las sustancias inorgánicas que la raíz coge de la tierra, en alimentos orgánicos para subsistir y para producir fruto.
            Así como son necesarios unos cimientos fuertes, una tierra buena como decíamos la semana pasada, para poder hacer palanca sobre un lugar seguro y así poder mover el mundo, también es necesario moverse. Eso es lo que queremos que signifique hoy el aire que necesita nuestro árbol.
            No podemos “hacer 3 tiendas”, como dice Pedro en el Evangelio de hoy, y quedarnos tan comodones en nuestro Monte Tabor particular. El aire, el viento de Jesús, nos debe empujar a salir de nuestro bienestar, se nos tiene que notar, allá donde estemos, que trabajamos por construir el Reino de Dios en esta tierra. La construcción del Reino debe ser para cada uno de nosotros una necesidad tan imperiosa como el respirar ese aire que ahora mismo entra por nuestra nariz y nuestra boca. La gente de nuestro alrededor tiene que notar, más que nuestro aire, nuestro “cierzo” interior. (Colocar dibujo del viento en el árbol).
            Quisiera también recordar el día internacional de la mujer que se celebra hoy. Recordarlo para que cunda el respeto y la admiración hacia las mujeres, para que se reconozca su trabajo y su labor en todos los órdenes de la vida, para que seamos, hombre y mujer, iguales a los ojos de Dios y de las personas, y, ya que estamos, también en el orden religioso. El domingo pasado hubo una concentración para pedir igualdad de la mujer dentro de la Iglesia. Ya es hora.


Peticiones de perdón.-
1-    Hoy queremos pedir perdón por las veces que cerramos los ojos a las necesidades de los demás y nos resguardamos en la comodidad de nuestra casa. Señor, ten piedad.
2-    También te pedimos perdón por las veces que no reflejamos nuestra alegría de ser cristianos en el día a día, por ser unas personas que transmiten tristeza. Cristo, ten piedad.
3-    Por último, queremos pedir perdón por las veces que estamos a sabiendas en lugares donde el ambiente no es bueno, respirando situaciones contaminadas que sabemos no son buenas para nuestro desarrollo. Señor, ten piedad.
           
Peticiones.
1-    Para que el espíritu de Jesús llene nuestros pulmones y nuestros corazones de su conocimiento y sepamos transmitirlo a los demás. Danos tu espíritu, Señor.
2-    Para que la igualdad, el trato y el respeto a todas las mujeres se fortalezca en nuestra sociedad. Danos tu espíritu, Señor.
3-    Para que desde el monte Tabor de cada uno no nos quedemos embobados mirando al cielo, y aprovechemos nuestra posición de privilegio para ver las necesidades de los que viven debajo, la vida real. Danos tu espíritu, Señor.
4-    Para que en esta Cuaresma compensemos los momentos importantes de tener que estar parados y con los pies en la tierra con los momentos importantes de tener que estar moviéndonos por el aire. Danos tu espíritu, Señor.

Padrenuestro.
            Antes de rezar el Padrenuestro, vamos a inflar cada uno un globo con nuestro aire, nuestro espíritu. (Repartir los globos). Y mientras lo rezamos, vamos a agitarlo con el significado de que lo que pedimos en la oración a nuestro Padre lo vamos a airear a nuestro alrededor, no se va a quedar entre las cuatro paredes del templo.

Final de la misa.
            Tiraremos todos los globos al aire y jugaremos con ellos unos momentos. Hace falta salir de la misa con alegría y sonrisa en nuestras caras.

domingo, 1 de marzo de 2020

CONVERTÍOS A MÍ DE TODO CORAZÓN (1): LA TIERRA


Hoy es el primer domingo de esta nueva cuaresma que iniciamos el miércoles pasado con la imposición de la ceniza. Tiempo de reflexión, de volver a la esencia de nuestra fe, de volver a Jesús. Es un tiempo de preparación, para poder celebrar la Pascua, la Resurrección de Jesús de corazón. Por eso el lema que os proponemos este año: CONVERTÍOS A MÍ DE TODO CORAZÓN. Y la conversión, el volver a ser discípulos de Jesús de manera consciente, es un camino, un proceso. Podría asemejarse al proceso que lleva la naturaleza cada año a renovar los paisajes, la vegetación. Se necesita el frio, los días nublados para que caigan la hojas secas y los frutos podridos y que nos quedemos en la esencia, en el árbol desnudo. A partir de aquí y gracias a la tierra, el aire, el sol, el agua, los cuidados pacientes, el árbol vuelve a reverdecer, a llenarse de hojas que dan sombra y frescor y a dar fruto. Por eso tenemos aquí este dibujo del árbol seco, que es como comenzamos este periodo de conversión, intentando quedarnos vacios, desnudos, para poder ir llenando nuestras venas de la vida de Jesús y empezar a revivir con la Resurrección.
Lo primero que hace falta es tierra donde asentarse, donde plantar el árbol. Esta tierra tiene que ser rica en nutrientes, los que saben de campo o tienen huerto lo saben de sobra. No todas las tierras sirven. Y además muchas veces en la tierra hay semillas de malas hierbas que nos roban energía y que estropean la tierra. Tenemos que procurar tener la tierra en buen estado, bien labrada y con todos los fertilizantes necesarios. Y estar pendientes de vigilar que no crezcan las malas hierbas. A veces nos dejamos llevar por la comodidad de no preparar la tierra, o dejar que crezcan las malas hierbas que normalmente crecen más rápido, sin esfuerzo y llenan la tierra de verdor a veces con flores muy bonitas pero que al final nos estropean el suelo y nos distraen de nuestro destino, que es dar frutos. Nuestro corazón tiene que ser como una buena tierra preparada para que el árbol reviva y de frutos.
Hoy vamos a estar atentos, a la luz de la palabra, de reconocer esas tentaciones que a cada uno tiene en su corazón, esas malas hierbas que tienen a crecer de manera rápida, cómoda y espontánea. Vamos a intentar seguir el ejemplo de Jesús y rechazar aquello que nos separa de nuestro camino de conversión.

Perdón
Porque muchas veces nos dejamos llevar por la tentación del miedo que nos provoca el remover la tierra en la que estamos arraigados, por si encontramos cosas que no nos gustan. Señor ten piedad
Por todas las veces que rechazamos la ayuda, el consejo, la crítica de nuestros hermanos porque pensamos que nosotros solos, somos capaces de vivir nuestra fe y convertir nuestro corazón. Cristo ten piedad
Por las veces en que nos dejamos llevar por la comodidad y la seguridad de nuestra comunidad y no salimos de nuestras celebraciones, nuestros grupos y nuestra seguridad para ser una autentica Iglesia con corazón. Señor ten piedad

Monición a las lecturas

Escuchemos con atención las lecturas de hoy que nos orientan hacia una buena preparación de nuestro corazón para recibir el mensaje de vida eterna de Jesús. En la primera lectura del génesis recordamos el proyecto de Dios sobre nosotros, que somos vida a partir de la tierra, parte de su creación, y que estamos sujetos a las leyes de la naturaleza. En la carta del apóstol San Pablo, nos recuerda que a pesar de nuestras negaciones a nuestra esencia, a nuestro creador, Jesús nos sigue ofreciendo una vida eterna de acuerdo al plan inicial de la creación. Por último el Evangelio nos ofrece el ejemplo de Jesús que se mantiene fiel al proyecto del Reino a pesar de todas las distracciones que encontró en su vida y como con la oración supo rechazar la tentación.

Peticiones
Desde la sencillez de la tierra de nuestro corazón, que se esfuerza esta cuaresma en ser fértil para Dios y para los demás, acudimos a ti, Padre nuestro, para presentarte nuestros deseos y para que recrees en nosotros la experiencia de tu amor. OREMOS : Ayúdanos Padre a convertir nuestro corazón
• Dale, Señor, a tu Iglesia, un corazón con valor para dar con nuevos caminos, que construya vida a su alrededor, con creatividad, que tenga una profunda experiencia de ti, que sea experta en humanidad, que se prolongue hacia los últimos, que anuncie a Jesús de Nazaret. OREMOS
• Dale, Señor, a nuestro mundo, un corazón que sepa acoger la diferencia sin asustarse, que viva la no violencia, que defienda la justicia, la vida, la paz y que respete y disfrute de la naturaleza. OREMOS
• Dale, Señor, a nuestra comunidad parroquial de Valdefierro, un corazón que sepa leer la vida como historia de salvación, que esté dispuesto al encuentro contigo. Que te busque en todo y en todos, te encuentre y te contemple en las luces y en las sombras. OREMOS
• Danos a todos nosotros, Padre, un corazón que sepa compartir, que no acumule “cosas”, sino que se llene de personas. Un corazón que goce con quienes gozan, que sufra con quienes sufren, que sea libre para liberar, que su absoluto seas Tú, que considere relativo todo lo demás. OREMOS
• Danos también a nosotros, Padre, un corazón humilde que sepa diferenciar la mala hierba de las semillas del amor de Jesús, para que sepamos rechazar las tentaciones de cada día. OREMOS

Escucha, Padre, nuestra oración, y ayúdanos a convertirnos a Ti de todo corazón.

Ofertorio
Con estas hojas secas, caídas de las ramas del árbol de nuestro corazón, queremos ofrecerte todo aquello de lo que nos desprendemos en esta cuaresma, para estar libres e iniciar de nuevo tu camino en comunidad y poder dar frutos para la construcción de tu Reino.
Con esta maceta llena de tierra, te ofrecemos nuestro empeño en preparar un corazón sin malas hierbas y con todos los nutrientes necesarios para acoger y hacer crecer tu buena nueva entre nosotros.
Con el pan y el vino te ofrecemos los frutos que la tierra nos da con tu ayuda y con nuestro compromiso, y que nos permiten vivir entre nosotros la Buena Noticia de Jesús.
Oración

Por los millones de estrellas que brillan en el oscuro universo, Señor, quiero darte las gracias con un verso. Por el aire y el sol, puros y claros, te damos las gracias, Señor; por la hierba que crece en los prados, te damos las gracias, Señor; por todas las flores hermosas, por los árboles de copas frondosas, por las aves de voz melodiosa, te damos las gracias, Señor. La verde tierra se adentra en el mar y quienes vivimos aquí podemos recorrerla y disfrutar de sus montes y caminos, sus vacas, ovejas y cabras, sus ríos y sus rocas, sus playas y su arena. Gracias, Señor, por darnos esta tierra. Amén.

viernes, 21 de febrero de 2020

VIVIR DESDE DENTRO

     Nuestro cuerpo alberga una gran cantidad de huesos, músculos, articulaciones, vísceras, vasos sanguíneos, agua… Todo ello engranado perfectamente para dar vida. Respiramos el aire del exterior, recibimos la luz del sol, nos alimentamos, nos vestimos, respondemos a los estímulos a través de nuestros sentidos e interactuamos con el mundo que nos rodea. La complejidad y la perfección de nuestro cuerpo parecen un milagro. No es necesario tener conocimientos de anatomía para descubrir esto. 
    Millones de cuerpos, todos diferentes, y, lo más sorprendente de todo, en cada cuerpo, un ser único, capaz de muchísimas cosas. En lo más profundo de cada uno nacen las cosas más hermosas, los sentimientos, los deseos, los sueños y las ilusiones. Aunque también es cierto que de dentro nacen las angustias, los miedos y las dudas. 
    Utilizamos con frecuencia expresiones como: “me ha dado un vuelco el corazón”, cuando de repente percibimos una situación de peligro en alguien a quien amamos; “tengo un nudo en la garganta”, cuando nos emocionamos; “tengo un nudo en el estómago”, cuando algo me produce miedo o ansiedad; “me han dado una patada en el estómago”, cuando me siento traicionado; “tengo el corazón en un puño”, cuando soy capaz de sentir el dolor de los demás… El interior de nuestro cuerpo, nuestras vísceras y nuestros sentimientos están totalmente conectados. 
    Aprender a conocernos es imprescindible para aprender a querernos, el primer paso para vivir desde dentro. 
    Conozco a personas a las que les da miedo mirarse; me refiero a mirarse de verdad. Yo también he pasado alguna etapa de mi vida en la que me asustaba. Y claro, vivía hacia fuera. Me ponía nerviosa la posibilidad de no gustarme y compararme continuamente con otros, o simplemente sentía que mirarme me iba a complicar la vida demasiado. Y sí, encontrarse con uno mismo para vivir desde ahí implica algunas cosas.
     Primero, mirarse, aceptarse, gustarse y quererse. A veces nos ponemos demasiado “maquillaje”.
     Después, aprender a escucharse.
     Reconocer lo que nos hace daño y trabajar para ir sacándolo de nosotros y “dejándolo de lado”.
     Dejarnos sorprender por todo lo que somos capaces de sentir, de crear.
     Tener siempre los pulmones abiertos para reír, para llorar, para gritar, para simplemente respirar… Y un montón de cosas más.
     Pero, sobre todo, vivir desde dentro lleva consigo descubrir que estamos “habitados” por alguien maravilloso, algo,… llámalo como quieras, yo digo “Dios”.
     Cuando nos lanzamos al fondo del pozo que tenemos “en las tripas” y nos encontramos a nosotros mismos, todo se ve de otra manera. Entonces aprendemos a mirar, aceptar y querer a los demás; a escuchar; a no dejar entrar lo tóxico, lo que nos va a hacer daño; nos sorprendemos cada día por el regalo de la creación, por la naturaleza, por la vida, por la amistad; lloramos y reímos con el otro, somos capaces de gritar y denunciar la injusticia, respiramos cada detalle que la vida nos regala… Y muchas cosas más.
     ¡Ah! Y contagiamos nuestro espíritu y el amor de quien nos habita, de Dios, allá donde nuestros pies y nuestro corazón nos llevan. 

    Para terminar, quería compartir un pequeño consejo que recibí hace unos días por Whatsapp: “Si un día te sientes vacío… come; es HAMBRE”. 
    Parece un chiste, ¿verdad? Pues es muy cierto. Muchas personas, entre las que me incluyo, nos sentimos vacías en más ocasiones de las que nos gustaría. La solución para ese “vacío” no es otra que “comer”, alimentarse. Y ahí cada uno sabrá de qué. Hay muchos tipos de “comida”: las que son apetitosas pero engordan o sientan fatal, las que dejan con hambre, las sosas, … y también están las comidas que nos aportan lo que realmente necesitamos, las que nos dan energía, las que nos cuidan y verdaderamente nos alimentan. ¡Ahí queda eso! 
                                                              Pilar Moreno

domingo, 16 de febrero de 2020

NUEVO NÚMERO DE NUESTRA REVISTA "EL PORCHE"

https://drive.google.com/open?id=13ap7aAt35XupNPI58gntEW1yYqu2aZIITeneis ya disponible el nuevo número de la revista "El Porche" con el título "Vivir desde dentro". Podeis descargarlo completo en 
https://drive.google.com/file/d/13ap7aAt35XupNPI58gntEW1yYqu2aZII/view 

Para ir abriendo boca os dejamos aquí el editorial:


EDITORIAL


Vivir desde dentro no siempre resulta positivo. Como botón de muestra, la persona depresiva: vive desde un “dentro” que la oprime y sumerge en un paisaje tenebroso y desesperanzador, que se le impone en su propio interior antes de proyectarse sobre su exterior.

Además, como bien sabemos, de dentro de nosotros vienen las malas intenciones, la maldad, la malicia y ese sinfín de sentimientos agresivos negativos que tantas cosas rompen en nuestro mundo y hacen, como dice Jesús, “impuro” al ser humano.

Es verdad, sin embargo, que entrar dentro de uno mismo puede permitirnos descubrir poco a poco la misteriosa “selva encantada” que constituye nuestro mundo psíquico, con toda su inimaginable riqueza. Y con el tiempo podemos hasta acostumbrarnos a vivir conscientemente desde allí, poniendo una sutil distancia última entre lo que nos sucede y nuestro propia realidad interior.  Algunos místicos llaman a esto el “descubrimiento del alma”, pero nos recuerdan que este hecho fascinante aún no es el final del camino.

Más hondo todavía está el “dentro” que constituye el cimiento de nuestra propia vida, lo que podríamos llamar la huella de Dios en nosotros...

Pero el “dentro” desde el que este número de la revista El Porche nos invita a vivir no es ninguno de los niveles anteriores de vida mental o espiritual que he mencionado. Se trata de un “dentro” que está habitado, y en el que nunca estamos solos, ni abandonados, ni faltos de amor. Jesús, en el evangelio de Juan, nos dice que el Habitante de ese “dentro” es él, junto con el Padre y el Espíritu Santo: “Vendremos a él [a la persona creyente] y haremos morada en él”. Una promesa de futuro que, para todo creyente sincero, es ya realidad presente…


J. Pedro Tosaus