martes, 30 de junio de 2009

LOS CAMINOS DE LA CRUZ

Montse Riu
(Publicado en El Porche nº 10, Mayo 2009)

Este año, la cuaresma ha tenido un sabor distinto.


Los cuarenta días de preparación a la Pascua nos han ofrecido la oportunidad de asomarnos a los cuarenta países más pobres de la Tierra: “los cuarenta últimos”. Gracias a una propuesta de los Marianistas, cada día hemos podido leer unos cuantos datos de estos países lejanos y escuchar retazos de la vida de nuestros hermanos de “allá abajo” (porque curiosamente siempre están más abajo que nosotros).

He dicho muy alegremente que hemos podido “asomarnos” a estos mundos, y al repetirlo ahora me resulta casi una ironía; porque leer estos documentos desde el sofá de nuestra casa, desde nuestro bienestar y nuestra seguridad, sabiendo que lo que les pasa a ellos no nos pasará a nosotros (por lo menos, esto esperamos), más que asomarnos a su mundo es “mirarles desde lejos”, o quizá interesarnos por ellos, o a lo sumo, pretender que su realidad nos toque el corazón. Porque si algo se nos va quedando dentro de lo que Jesús de Nazaret nos dijo una y mil veces, es que nos quiere ver a todos como hermanos, nos quiere tan cerca unos de otros como si nos sentáramos alrededor de la misma mesa. Dicho de otra manera “El corazón maternal de Dios no puede renunciar a su deseo de hacernos felices”.

Esta manera de vivir la cuaresma ha tenido en nuestra Parroquia un final de lo más oportuno o acertado. Es tradición heredada de nuestros mayores que los que deseamos seguir a Jesús nos reunamos el Viernes santo para recorrer el Vía Crucis. Es una manera de recordar o acompañarle en el camino que Él tuvo que recorrer el primer Viernes santo camino del Calvario. Este año también le hemos acompañado; pero hemos sustituido las catorce estaciones de la tradición por otras tantas situaciones en las que hoy Jesús lleva la cruz en cada uno de los hermanos apaleado o amenazado por el dolor. Y así, una tras otra, hemos recorrido catorce escenas en las que ahora la cruz la están llevado a hombros: millones de personas que padecen hambre; niños y niñas sin derecho a la educación, cuando sabemos que el analfabetismo es la barrera para salir de la pobreza; mujeres marginadas víctimas de la violencia, de la discriminación salarial, educativa y política; niños que mueren antes de los cinco años por contraer enfermedades que aquí serían fácilmente curables; madres con riesgo de morir durante el embarazo o en el parto por no tener las mínimas condiciones de higiene; enfermos mal atendidos y sin tener acceso a la medicación necesaria; familias sin recursos, amenazadas y sin poder acceder a un trabajo digno porque no acertamos a repartirnos los bienes de la tierra; hermanos nuestros que mueren por la violencia, la injusticia o el odio. Toda esta realidad sembrada de dolor y de cruces es hoy el camino de la Cruz.

Y ante este camino de Viernes santo se impone el silencio. Acaso la pregunta: ¿qué tenemos que ver con todo esto?

Pero, para los cristianos, no es la cruz el final, sino la VIDA. Nuestro Vía Crucis acabó con una afirmación llena de esperanza y de compromiso. “Dios no se ha desentendido de la humanidad. Cuenta con nosotros para construir un mundo de hermanos desde la justicia y la solidaridad. Su Espíritu es aliento constante que moviliza nuestra vida personal y comunitaria hacia los más pobres, hacia las víctimas. El sueño es un mundo nuevo. Los signos son el compromiso de muchos testigos con los más necesitados. Algo nuevo está naciendo. ¿No lo notáis?”

lunes, 15 de junio de 2009

CLUB BALONCESTO VALDEFIERRO

(Publicado en El Porche nº 10, Mayo 2009)

El Club Baloncesto Valdefierro ha nacido gracias a la iniciativa de 8 jóvenes del barrio de Valdefierro entre los 14 y 16 años, con una inquietud por el baloncesto.
Desde el primer momento lo tenían tan claro que con sus propinas se compraron un equipaje y balones (en concordancia con ellas, claro) y solicitaron la reserva del Pabellón Polideportivo para realizar entrenamientos; todo ello con sus propios medios y muchísima ilusión.
Han realizado también el escudo que están viendo y una modesta página Web http://www.everyoneweb.com/clubbaloncestovaldefierro/ . Iniciativa, como se puede observar, no les falta.
Para entrenador contactaron con Carlos, tío de uno de ellos, con sus mismas ganas de sacarlo adelante.
Los padres hemos dado un paso al frente, como no podía ser de otra manera, y hemos creado el club, un club al cual se están acercando otros jóvenes y no tan jóvenes. Casi seguro que para el año que viene serán como mínimo dos o tres equipos inscritos en competiciones.
En la actualidad estamos organizando partidos amistosos con diferentes clubes para seguir preparándolos de cara a la temporada que viene. Estamos convencidos de que serán un club grande, y como tal llevarán el nombre de Valdefierro por las canchas de Zaragoza.
Desde aquí os invitamos a todos los habitantes de Valdefierro, en especial a las féminas, a unirse al club, ya que también les gustaría poder contar con un equipo femenino.
Preguntados los fundadores del equipo por cuáles fueron sus motivos para crear el equipo y qué esperan de él, esto es lo que nos respondieron:
Saúl Frades
Me uní al equipo porque éramos todos amigos desde la infancia y me apasionaba el deporte, nos aburríamos en la calle y decidimos hacer un equipo de baloncesto para nuestras horas de tiempo extraescolar libres.
Espero que nos federen para poder jugar al año que viene la liga con mi equipo.
Álvaro Fuentes
Mis amigos ya tenían pensado crear un equipo y fueron preguntando a gente y yo dije que sí, pero ninguno pensábamos que íbamos a llegar a tanto como hemos llegado. Espero del equipo que siga hacia delante y ganar alguna copa.
Yago Galán
Me motivó a crear el equipo mi pasión por el deporte, en especial el baloncesto. Espero ganar muchos títulos y algún día poder ganar la liga o al menos estar cerca de ganarla.
Víctor Martín
Cuando me lo comentaron lo estuve pensando, me decidí cuando me enteré de los compañeros que lo iban a formar. Espero que mejore en todos los aspectos.
Diego Moreno
Yo jugaba con mis amigos en el recreo y en los ratos libres, me comentaron la idea de formar un equipo y me pareció bien, no creía que llegaríamos a ser un club como tal, pero gracias al apoyo de padres, entrenadores y amigos ha salido adelante. Espero que lleguemos a jugar en una liga y, si se puede, ganar alguna competición.
Miguel Roldán
Mi mayor ilusión era estar con mis colegas y representar a mi barrio, Valdefierro. También quería que apareciera otro deporte aparte del fútbol. Después de 4 años se ha hecho realidad. Espero de él llevarlo poco a poco a lo más alto. No ganar todo en un año o en dos, sino poco a poco.
Alejandro Tirado
Lo que me motivó para crear el equipo fue el poder jugar a este deporte con amigos. Me hubiera gustado haber descubierto este deporte antes. Lo que espero del equipo es que vayamos mejorando y que sobre todo consigamos ser un equipo serio.
Manuel Zarzuela
Pues el pasármelo bien con mis amigos y disfrutar con ellos. Espero seguir disfrutando como hasta ahora y poder llegar a ser un equipo federado.
Esto es lo que opinan sus dos entrenadores:
Carlos Pardos 1er entrenador
El día que me ofrecieron ser su entrenador, para mí fue una gran ilusión y satisfacción, al ver que hay chicos interesados por este deporte y además poder entrenarlos; espero mucho de ellos y sé que me lo darán porque así me lo están demostrando.
Espero seguir en este proyecto todo el tiempo que se pueda, sin olvidarme de mis chavales, que son los mejores. Gracias a todos, chicos, y enhorabuena.
Manuel Moreno 2º entrenador
Siempre mi deporte ha sido , es y será el básquet, poder formar parte del equipo entrenando a mi hijo y a sus amigos es muy importante, voy a darles lo mejor de mí para que lleguen donde se merecen.
Espero verles crecer como jugadores y (para mí lo más importante) como personas, jugando y disfrutando del baloncesto por todas las canchas.
Una vez más, Valdefierro da un paso al frente de la mano de 8 jóvenes que, en vez de preferir estar por la calle sin saber qué hacer o gastar el tiempo en otras actividades, están consiguiendo que su sueño se haga realidad.
¡¡¡¡¡¡ÁNIMO SOIS LOS MEJORES !!!!!!












En la foto:
Sentados, de dcha. a izda.: Yago Galán, Álvaro Fuentes, Diego Moreno y Jacobo Rodríguez
De pie, de dcha. a. izda.: Carlos Pardos, Manuel Zarzuela, Saúl Frades, Miguel Roldán, Víctor Martín, Alejandro Tirado y Manuel Moreno.

lunes, 1 de junio de 2009

UN DÍA DE BODA

Fernando Orcástegui
(Publicado en El Porche nº 10, Mayo 2009)

El mes de mayo pone a prueba la capacidad organizativa de los párrocos y sus consejos para coordinar la avalancha de comuniones, bautizos, confirmaciones y bodas que hay que acomodar con sus correspondientes fechas a gusto de todos, sus cursillos pre…, las últimas catequesis, las confesiones previas, los arreglos florales dignos pero sin excesos, el ir y venir de fotógrafos y “videocamarógrafos”, los trajes, el reparto de bancos y hasta la limpieza del arroz del porche de la iglesia.

Menudo estrés. El mismo ajetreo debió de llevar el maestresala o mayordomo de aquella boda que se celebró en Caná y a la que fueron invitados Jesús y sus discípulos. Y, encima, al pobre se le pasó hacer acopio de unas cuantas tinajas más de vino, y, si no hubiera sido por la cabezonería de María que forzó la intervención de Jesús, seguramente nadie más lo habría contratado para preparar un evento de esas características.

Porque… en ese relato se habla de una boda, ¿no? Y de vino, de tinajas y hasta de un mayordomo… Pues, como siempre, sí y no. Se trata de un texto que hemos leído y oído tantas veces que los cristianos hemos perdido la capacidad de sorprendernos ante él, y sin sorpresa no hay posibilidad de desentrañar la enorme riqueza de su significado. El relato está lleno de detalles simbólicos y de referencias al Antiguo Testamento que lo convierten en una verdadera presentación y resumen de lo que va a ser la actividad de Jesús. No en vano se encuentra al principio del Evangelio de Juan.

El capítulo 2 de este evangelio comienza situando el relato en el tiempo y presentando el tema del que va a hablar: “Al tercer día hubo un boda en Caná de Galilea”. ¿Al tercer día de qué? En primer lugar, hay que caer en la cuenta de que la referencia al tercer día es una alusión pascual y nos pone en la pista de que no va a hablar de un episodio de la vida histórica de Jesús, sino de una realidad que hace referencia a Jesús resucitado. Además, si nos fijamos en las perícopas anteriores, descubrimos que los tres episodios previos a la boda comienzan diciendo “un día”, “al día siguiente” y otra vez “al día siguiente”… Luego nuestro tercer día es en realidad el día sexto desde que comenzó el evangelio, y para un judío el día sexto no podía ser otro que el día de la creación del hombre y la mujer en el relato del Génesis. Prácticamente hasta llegar al episodio de la resurrección, cuando se habla del primer día de la semana, no volverá a hacerse en el evangelio otra anotación de este tipo. Dicho de otro modo, todo el evangelio transcurre durante el sexto día ya que lo que se va a narrar es la creación del hombre nuevo en la persona de Jesús.

“Hubo una boda en Caná de Galilea”. Para presentar el tema, el evangelista escoge una de las imágenes más potentes de la tradición bíblica. Tanto en el Cantar de los Cantares como en la literatura profética, la boda simbolizaba la alianza entre Dios y su pueblo. Por si no hubiera quedado claro, sitúa la escena en Caná, del verbo hebreo “qanah” (adquirir, comprar), en referencia al pueblo de la alianza, el pueblo adquirido por Dios.

Al hacer diferencia entre la madre de Jesús (“estaba allí”) y Jesús y sus discípulos (“fue invitado Jesús, así como sus discípulos”) se muestra el carácter de la alianza en la que se sitúa la escena. La madre, que es el origen de Jesús, sus raíces, pertenece a la boda, es decir, a la antigua alianza; mientras que Jesús y sus discípulos entran como invitados, no pertenecen a ella.

Y resulta que en esta boda falta el vino. El vino es símbolo del amor entre los esposos ya desde el Cantar de los Cantares (“son mejores que el vino tus amores”), por tanto en esta boda falta lo más importante para que realmente se celebre el matrimonio. Entonces, ¿qué une a los novios?, ¿el interés?, ¿la costumbre? Si la boda es expresión de la alianza, ¿cuál es el vínculo que se establece entre Dios y el pueblo? El evangelista desenmascara el gran problema de la antigua alianza: un vínculo de amor se ha convertido en una relación mercantilista en la que el cumplimiento de unos rituales pretende arrancar el favor de Dios.

La madre de Jesús, representante del Israel que ha mantenido la fidelidad a la alianza, expone a Jesús lo inaceptable de la situación (“no tienen vino”), al tiempo que reconoce en él la esperanza de cambio (“haced lo que él os diga”). La displicente respuesta de Jesús (“¿qué nos importa a ti y a mí?”) es una forma de indicar que la antigua alianza ha caducado y que Jesús representa una novedad radical. La madre no expone el problema al maestresala, sino a Jesús, e invita a los sirvientes a seguir sus indicaciones. Es decir, la solución no vendrá de las autoridades de la alianza (sumos sacerdotes, escribas, etc.), sino de los sirvientes, los seguidores de Jesús que ponen manos a la obra para colaborar con él.

La escena está dominada por unas tinajas. Se precisa su número (seis), el material del que están hechas (piedra), su capacidad (unos cien litros) y su objetivo (la purificación). Las tinajas son una representación plástica de la ley. Seis es el número de lo incompleto (por oposición a siete que es el número de la plenitud), además del número de los libros de la ley (el Pentateuco más Josué); la piedra evoca claramente las tablas de la ley del Sinaí; su gran capacidad nos transmite la idea de su gran peso y su carácter inamovible; la finalidad de las tinajas nos habla de la purificación, un concepto básico en la ley judía, según la cual la relación con Dios estaba regulada por una serie de ritos y era tan frágil que era necesaria una continua purificación para remediar la obsesión por la impureza. Pero caigamos en la cuenta de que las tinajas están vacías, no tienen agua; es decir, el aparatoso ritual en realidad está vacío, no puede cumplir su objetivo de acercar a Dios.

O sea, el gran problema de la antigua alianza, del sistema religioso imperante, la razón de por qué falta el amor en la boda es que éste ha sido sustituido por una ley pesada y opresiva que somete al pueblo a través de una conciencia constante de pecado y la necesidad de cumplir una serie de ritos prescritos y controlados por los dirigentes religiosos y que, en el fondo, son ineficaces porque son incapaces de generar un vínculo auténtico entre Dios y el pueblo.

Y es entonces, en medio de esa lamentable situación, cuando Jesús actúa (“llenad las tinajas de agua”) mostrando a todos el resultado de su obra, el sentido de la nueva alianza que él anuncia. Seguramente hemos imaginado muchas veces la escena: unas tinajas llenas hasta arriba de agua y de repente rebosantes de vino… Pero eso no es lo que el texto dice. Claramente se nos hace notar que las tinajas nunca van a contener vino y que el agua se convierte en vino fuera de ellas (“sacad ahora y llevadle al maestresala”). Y es lógico que así sea, ya que el vino, el amor de la nueva alianza es incompatible con el legalismo de la antigua. El vino de la alegría, de la relación libre, directa y personal entre el hombre y Dios, viene a sustituir a los ritos y a la necesidad de intermediarios. La ley del amor, escrita en el corazón y que transforma al hombre desde dentro, sustituye a un código exterior impuesto por la clase dirigente.

Cuando los servidores llevan el agua convertida en vino al maestresala (los dirigentes de la alianza), éstos no pueden aceptar su calidad y siguen insistiendo en la superioridad de lo antiguo sobre la novedad de Jesús (“todo el mundo sirve primero el vino de calidad, y cuando la gente está bebida, el peor”). Los dirigentes no pueden reconocer que su sistema de poder necesite una mejora, anticipando así su rechazo violento a la persona de Jesús.

El final del relato (“manifestó su gloria y sus discípulos le dieron su adhesión”) muestra la importancia de lo que se ha narrado. La referencia a la manifestación de la “gloria” recuerda al episodio de la instauración de la alianza del Sinaí (“la gloria del Señor descansaba sobre el monte”) y refleja que se está hablando aquí de la promulgación de la nueva alianza. Los discípulos no dan su adhesión a la persona de Jesús porque ha hecho un truco magnífico o porque está dotado de una magia prodigiosa; los discípulos le prestan su adhesión porque les ha mostrado un nuevo camino para relacionarse con Dios, un camino que se manifiesta en amor, liberación y una nueva vida para el hombre como resultado de un contacto directo con la persona de Jesús.

Esto sí merece la pena. Esta primera señal de Jesús, según el evangelio de Juan, pretendía algo más que sacar del apuro a una pareja de amigos para que pudieran seguir celebrando su boda sin más sobresaltos. Dios nos comunica su amor gratuitamente en Jesús, emborrachémonos con él.