jueves, 21 de febrero de 2013

EL PORCHE Nº 21 - SOMOS UNA FAMILIA



En la sección VERSION IMPRESA podeis encontrar el nuevo número de la revista EL PORCHE. Como siempre, os adelantamos el editorial




EDITORIAL



La familia es una institución de enorme valor, sin la cual ni la sociedad en su conjunto ni sus miembros podrían subsistir. Basta con mirar a nuestro alrededor para comprobarlo, especialmente en estos tiempos difíciles. Jesús lo sabía, por eso la tomó como modelo de su comunidad: quien cree en Jesús pasa a formar parte de una familia cuyo padre es Dios, en la cual todos somos hermanos. Es el Padre quien nos hace existir porque nos ama, es él quien nos cuida, quien distribuye las tareas entre nosotros, quien nos corrige y nos ayuda. Desde la fe en Jesús, no podemos llamar “padre” a nadie salvo al Padre del cielo. Y en ese Padre celestial tiene su fundamento nuestra hermandad, que nos permite rezar juntos el “Padre nuestro”.

La afirmación que da título a este número de “El Porche”, “Somos una familia”, formula, pues, uno de los ideales originarios del cristianismo: más allá de los vínculos de la sangre, más allá de la entrega y la ayuda destinada a aquellos que son nuestros parientes carnales, la fe en Jesús nos lleva a sentirnos unidos a todos los hijos de Dios, y a entregarnos generosamente al amor fraterno con todas sus consecuencias. Se trata de vivir en la práctica de cada día eso que Dios nos regala como un don extraordinario capaz de transformarnos: la hermandad.

Los cristianos estamos convencidos de que el mundo nos necesita, no como portadores de verdades teóricas, sino como testigos de una Vida que se hace mano tendida a todos, servicio desinteresado, defensa de los débiles, lucha contra lo que daña a los seres humanos, fraternidad universal.

¡Alegrémonos, somos una familia!

lunes, 18 de febrero de 2013

FIESTA DE Nª Sª DE LOURDES - HOMENAJE A NUESTROS MAYORES

Eucaristía del 17 de febrero de 2013


Monición de entrada



De nuevo nos reunimos en comunidad, en una gran fiesta, para poner a los pies de la Virgen de Lourdes, nuestra madre, con agradecimiento, todo lo que este año hemos recibido de ella.


Hace muchos años en este día nos reunimos y cada vez, para nosotros, es novedad.


El santo Padre Benedicto XVI nos ha invitado a que este año celebremos “el año de la fe”. Es una invitación a vivirla con alegría con alegría para anunciarla a los hombres y mujeres de nuestro tiempo.


Queremos tener presentes a los cinco matrimonios que celebran sus bodas de oro. Pedimos para que su amor se renueve cada día y de este modo den testimonio de amor a los suyos. Toda la comunidad de Valdefierro nos unimos a vuestra fiesta y a vuestra alegría.


Es la ocasión de reunirnos para contarnos experiencias, para tener un rato agradable, para agradecer la vida. Por esto hoy, en la Eucaristía, venimos a dar gracias. Alimentarnos para poder superar las dificultades que nos podamos encontrar, y para poner nuestra confianza en Dios que nos sostiene en sus brazos como a un niño pequeño. Ahí nos sentimos seguros y confiados que no nos va a soltar.



Peticiones.



- Por el Papa, los Obispos, sacerdotes y por los que formamos la Iglesia, que trabajemos para renovarla y seamos testigos de Jesús.


- Para que los responsables de las naciones actúen y se conciencien por construir un mundo más justo, solidario y esperanzado.


- Por las personas que el año pasado nos acompañaron en esta fiesta y han partido a la casa del Padre.


- Por los ancianos y enfermos que hoy no pueden acompañarnos, para que vivan confiados a María, sientan el amor que Dios les tiene y nuestra cercanía.


- Por los que hoy celebran sus cincuenta años de matrimonio, para que su amor se renueve cada día.


- Por nuestro barrio de Valdefierro, para que busquemos siempre el bien de todos.


Ofrendas



- Te ofrecemos Señor esta maceta que fue entregada en la comida del año pasado, homenaje a nuestros mayores. Hoy, un año después, no sólo sigue viva, sino que ha cambiado totalmente gracias al cariño y los cuidados recibidos.


- Presentamos esta vela encendida para que nos acompañe en el camino y sepamos llevarla a tantas personas que viven en soledad y sin ilusión.


- Presentamos estas labores trabajadas en equipo por un grupo de mujeres. Que entre ellas crezca la relación, la amistad y la solidaridad.


- Presentamos los anillos, símbolo del amor conyugal de estos cinco matrimonios que hoy celebran sus cincuenta años de boda. Que la Virgen de Lourdes les siga ayudando y crezca el amor que un día se prometieron.


- Al presentar el pan y el vino damos gracias porque en ellos encontraremos la fuerza y el alimento que necesitamos.

domingo, 10 de febrero de 2013

PESCADORES DE HOMBRES


Puede que sea una casualidad, pero nuestros dos curas, José Luis y Pascal, están muy lejos de nosotros; los dos, además, en el mismo continente, Asia, el más grande y más poblado del mundo, y uno en cada lado: José Luis al oeste, en Israel, y Pascal al este, en Corea del Sur. Menos mal que Dios provee y tenemos aquí a Alfonso, para que no nos quedemos como ovejas sin pastor. 
Parece que esta circunstancia quiera decirnos algo: imaginaros que José Luis y Pascal extendieran sus manos, y se alargaran mucho, mucho, hasta que llegaran a tocarse. Entonces habrían abrazado todo el continente asiático, ay a todos sus habitantes, y nosotros seríamos testigos y partícipes de ello. 
Asia en sí es todo un mundo. Tenemos desde países superdesarrollados como Japón o Israel, países enormes como China e India, países en desarrollo como Corea, Tailandia, Turquía. También tiene muchos problemas, como guerras en Afganistán, Siria, Líbano, Yemen; hambre en Corea del Norte, India, Bangla Desh; extremismos religiosos como Al Kaeda, los Sijs, chíes y suníes… 
José Luis y Pascal han unido sus manos para hacernos ver que tenemos mucho trabajo que hacer, y nos recuerdan que hoy es el día de Manos Unidas, una organización que trabaja en Asia y en todo el mundo para eliminar diferencias entre las personas y para intentar solucionar los problemas básicos de los pobres. Pensemos en ellos por un momento. 

PETICIONES DE PERDÓN 

1-Porque somos poco generosos y no compartimos de lo que tenemos, Señor ten piedad 
2-Porque somos egoístas , queremos ser los primeros y tener más que los demás, Señor te piedad 
3-Hay millones de personas que no tienen ni una comida al día y nosotros nos permitimos decir “esto no me gusta”, “esto no lo quiero”, Señor ten piedad 
4- Porque no somos sensibles para escuchar lo que se nos dice y ver lo que pasa cerca de nosotros, Señor ten piedad

PETICIONES


1. Te pedimos Señor por los que formamos la Iglesia, para que tengamos un corazón grande y generoso, acojamos tu palabra y sepamos decir “en tí echaré las redes…” SEÑOR ESCÚCHANOS

2. Hoy es el día de “Manos Unidas”. Por los que gobiernan las naciones, para que viendo las necesidades de la gente, y busquen pronto solucionar el hambre que hay en el mundo SEÑOR ESCÚCHANOS

3. Te pedimos Señor por los que lo pasan mal: los enfermos, los que pasan hambre, los que están solos, los que no tiene trabajo, los que viven sin esperanza, para que nos sientan cercanos y sepan que les queremos mucho, SEÑOR ESCÚCHANOS

4. Te pedimos por nuestra comunidad parroquial, para que entre todos la más acogedora, y mejor transmisora de tu amor a todas las personas, SEÑOR ESCÚCHANOS

5. Mañana es la Virgen de Lourdes tan querida por todo Valdefierro, para que un amor grande a María y nos enseñe Ella a vivir y anunciar con alegría la Buena Noticia que Tú nos dejaste, SEÑOR ESCÚCHANOS

domingo, 3 de febrero de 2013

SI NO TENGO AMOR NO SOY NADA


DOMINGO 3 DE FEBRERO DÍA DE LA PAZ

MONICIÓN DE ENTRADA

-¡Buenos días hermanas y hermanos! Como cada domingo, nos hemos reunido a celebrar la Vida y de una forma especial, hoy, a celebrar la Paz.
-¿Cómo podemos celebrar la paz cuando hay tantas miserias, injusticias, dominaciones, odios, rencores, guerras y desigualdades en nuestro mundo?
- Si nosotros mismos andamos siempre con la violencia a flor de piel en el día a día. Nos peleamos, nos ponemos malas caras, nos creemos mejores que los demás…Pacíficos, pacíficos, la verdad es que no somos.
-Si lo miramos de esta manera, pues mejor nos vamos a casa. Pero hoy os invito a que lo veamos con otros ojos. Pensemos en todas las personas que defienden la justicia a través de la denuncia pacífica y el diálogo, en todas las manos tendidas para ayudar sin condiciones, en el respeto y la acogida a todos por igual, en la solidaridad, sobre todo en estos momentos de crisis, en la disponibilidad de tantas y tantas personas, en las sonrisas de los niños…¿no son todas éstas manifestaciones de paz? De una manera u otra todos la deseamos, la buscamos, la necesitamos.
- Es verdad, solo cuando vamos por el camino de la paz somos más felices y hacemos también felices a los demás. Jesús nos demostró que es posible. Y merece la pena celebrarlo.

PERDÓN

-Por las guerras entre los países
-Por las injusticias y desigualdades
-Por la opresión y el sometimiento de los más pobres
Perdón, Señor, perdón

-Por las peleas familiares
-Por los odios y rencores en el trabajo, en el colegio, en el barrio.
-Por las críticas destructivas, faltas de respeto y prejuicios.
Perdón, Señor, perdón.

-Por nuestras guerras interiores.
-Por la falta de reconciliación con nosotros mismos.
-Por nuestra poca confianza en Dios.
Perdón, Señor, perdón.

MONICIÓN A LAS LECTURAS

Como primera lectura de hoy queremos invitaros a escuchar dos fragmentos de unos textos que nos muestran el espíritu de dos grandes defensores de la paz: Mahatma Gandhi y Monseñor Romero.

Gandhi supo contagiar en el corazón de todos los hindúes la fuerza de la paz. Estas son sus palabras:
"Para ser un verdadero reformador he intentado evitar la violencia. La no-violencia no significa renunciar a toda forma de lucha contra el mal, sino todo lo contrario. Es una lucha activa y real, pero no con el odio ni con las armas. Solo la no-violencia puede salvar a la humanidad. La no-violencia es el mensaje central de la Biblia, así es como yo entiendo el "dichosos los pacíficos" que dijo Jesús en el sermón de la montaña."
"La fuerza de la no-violencia es la fuerza más grande que el hombre tiene a su disposición. Es más poderosa que el arma más destructiva inventada por el hombre. Y la no-violencia comienza en el mismo instante en que amamos a los que nos odian.

Oscar Romero, obispo de San Salvador (El Salvador), vivió momentos muy difíciles de injusticias y abusos en su país. Se puso en todo momento de lado de los pobres denunciando públicamente las injusticias y crímenes de los poderosos. No se dejó contagiar por aquel odio brutal ni por el rencor, pero lejos de hacerle callar denunció con más fuerza a través de sus homilías toda la barbarie cometida. Rechazaba toda respuesta violenta. Su amor era tan fuerte que seguía queriendo a los asesinos, a los que llamaba “hermanos”, y a la vez seguía denunciando sus crímenes. Fue asesinado por sus enemigos mientras celebraba la Eucaristía, y antes de morir, en el suelo del altar dijo sus últimas palabras: “Que Dios tenga compasión de mis asesinos”.

Canto: Si no tengo amor no soy nada…

Los textos que acabamos de leer son una clara manifestación de la invitación que nos hace San Pablo en la segunda lectura: el canto al amor. No puede haber paz si no hay justicia, y no habrá justicia si no hay amor. El amor es más fuerte que todo y es lo que siempre quedará.

El Evangelio de hoy se sigue repitiendo en nuestros días. “Nadie es profeta en su tierra”. A Jesús le costó la vida amar y defender la paz por encima de todo. Hoy siguen existiendo muchos como Jesús de Nazaret, como Gandhi y como Óscar Romero que siguen dando su vida por los valores del Reino.

HOMILÍA


Todos buscamos la paz, la necesitamos. No hay nada como vivir en paz con los demás y con nosotros mismos. Sin embargo, no es una tarea sencilla. Es fácil dejarse contagiar por el odio, el rencor y por nuestras propias miserias. “Esta me la paga”, “esto no quedará así”, “a esos hijos de… les deberían hacer lo mismo”… Estamos familiarizados con frases como éstas. Las escuchamos en la televisión, en nuestro trabajo, en nuestra familia, en el colegio, en boca de nuestros amigos y vecinos y en la nuestra propia. Y es que las injusticias nos indignan y nuestras limitaciones nos enojan. Por otro lado, somos conscientes de que la violencia, física o verbal, no nos lleva a ninguna parte y no soluciona nada.
Como nos han mostrado las distintas lecturas, nos resultará más fácil ser constructores de la paz si tenemos el corazón lleno de amor, con mayúsculas, ese amor que muy bien define San Pablo en su carta a los corintios.
(Cada uno tenemos una mano con una frase incompleta. De forma individual la vamos a completar. Nos juntamos en grupos con los del banco de atrás para compartirlo durante cinco minutos. Después, uno de cada grupo recogerá las manos y las acercará al altar donde nuestras secretarias las irán colocando en el cartel. Y si lo desea puede compartir con toda la comunidad muy brevemente aquello que les ha llamado la atención de forma especial.)
“Construyo la paz cuando…”

PETICIONES


-Que cada día crezcan más sonrisas para construir el camino de la paz.
Señor, danos tu paz.
-Que seamos capaces de encontrar la paz interior que tanto necesitamos.
Señor, danos tu paz.
-Que sepamos denunciar las injusticias de forma pacífica, desde el amor que Dios nos da.
Señor, danos tu paz.
-Que las víctimas de la violencia encuentren en nosotros la esperanza y el camino de la paz.
Señor, danos tu paz.
-Que nuestros conflictos personales, familiares y sociales sean siempre resueltos con el diálogo y el respeto.
Señor, danos tu paz.
-Que sepamos agradecer todas las cosas bellas que Dios nos ha regalado, incluida la paz, y las pongamos al servicio de los demás.
Señor, danos tu paz.