miércoles, 27 de mayo de 2009

DIEZ NÚMEROS DE “EL PORCHE”

Consejo de Redacción de El Porche
(Publicado en El Porche nº 10, Mayo 2009)

Con éste que tienes en tus manos ya son diez los números de nuestra revista parroquial “El Porche” que han visto la luz desde aquel número 1, de diciembre de 2006, que, con una embarazadísima Virgen María en portada, nos ofrecía “un lugar de encuentro para todos los miembros de la parroquia y el barrio, un lugar donde podamos descubrir a Dios en nuestra vida y en la de los demás, un lugar para compartir y hacer fructificar los talentos que hemos recibido”. ¡Casi nada! Aquel primer editorial nos ponía muy alto el listón...

La idea de la revista surgió en la Asamblea Parroquial de octubre de 2006. Su nombre, “El Porche”, evoca el lugar de encuentro que tenemos a la salida de nuestro templo, donde nos saludamos al llegar y donde cogemos un buen “capazo” al terminar las celebraciones. Desde el principio formamos un Consejo de Redacción para que se encargara de “pensar” cada número de la revista: ¿qué secciones poner?, ¿sobre qué temas hablar?, ¿quién escribe cada artículo? Los miembros del Consejo de Redacción nos reunimos primero unos dos meses antes del día previsto para la salida de la revista. Proponemos título, tema, y discutimos qué persona puede ser más adecuada para encargarle cada uno de los artículos. Y siempre reservamos un amplio espacio para la realidad social de nuestro barrio, al que han sido siempre fieles nuestras dos asociaciones de vecinos.

Una vez decididos los artículos, se procede a encargarlos a sus potenciales autores. Un mes después nos volvemos a reunir para leer los artículos recibidos, revisar los que faltan, darle un “toque” telefónico a algún autor despistado, recopilar fotos, decidir la portada... El último trabajo es la realización material de la revista, lo que en el mundillo editorial se conoce como maquetación. Esta tarea la resolvemos gracias a un programa gratuito que se llama “Scribus” y que nos permite colocar una columna de texto aquí, una foto allá, un chiste acá, un dibujo más allá... y da a “El Porche” su aspecto característico tras algunas (muchas) horas de trabajo.

Después, unas horas más de fotocopias y grapadora (para que no salga demasiado caro) y ¡a repartir! La tirada actual de la revista es de unos 350 ó 400 ejemplares, la mayor parte de los cuales se reparten en la iglesia, aunque también se llevan al Centro Cívico y a varios comercios del barrio. Nos gustaría llegar a más gente, por eso hemos creado un “blog”, una página de internet en la que se pueden leer los artículos, ver las fotos en color y realizar comentarios y sugerencias. Lo podéis encontrar en la dirección http/:elporchevaldefierro.blogspot.com.

Todo el esfuerzo es poco si conseguimos nuestro objetivo: acercar la parroquia al barrio, acercar a Dios a nuestras vidas y acercarnos y conocernos más unos a otros.

Desde aquí queremos dar las gracias a todos los que han colaborado con la revista hasta ahora, y a todos los que seguirán haciéndolo en un futuro próximo. Nuestro deseo es que “El Porche” siga al servicio de nuestra comunidad durante mucho, mucho tiempo... El Consejo de Redacción está abierto a nuevas incorporaciones y a cualquier aportación que desde la parroquia y el barrio de Valdefierro queráis hacer.

miércoles, 20 de mayo de 2009

NO ACEPTEMOS UN FRACASO EDUCATIVO

Asociación Las Estrellas.
(Publicado en El Porche nº 10, Mayo 2009)

Poner en cuestión a estas alturas la importancia de la formación de las personas, especialmente las más jóvenes, es improcedente. Obviado esto, lo mejor que podemos hacer en primer lugar es sentirnos conscientes de que tenemos un grave problema educativo a nivel nacional.

De acuerdo con los informes PISA, España se sitúa en los últimos puestos de las naciones avanzadas en cuanto al rendimiento del alumnado en su sistema educativo.

Como casi siempre que conocemos una carencia en la que interviene la economía, echamos la culpa del problema a ésta; pero, según los expertos, este tema no es sólo de variable económica, hay más factores que inciden en la formación de los alumnos, por los cuales se ha llegado a la situación de que éstos no solamente saben poco, sino, y esto es lo más grave, que estén en el 31% de abandono escolar.

Esto, como suele decirse, no se puede aguantar, no tanto por el gasto económico que ha supuesto cada alumno que abandona su formación, sino por la pérdida de potencial humano que ello supone.

Desde hace varios años se sabe del bajo rendimiento, de la agresividad, de las situaciones de estrés que soportan los profesores, de la pasividad familiar, de…bueno, se saben muchas cosas que conforman un desgarrado panorama que debemos asumir como de obligado cumplimiento el superarlo, pues no corresponde ni de lejos con nuestra posición de octava o novena economía mundial y con nuestro nivel tecnológico y científico; aún no siendo éstos muy boyantes.

Finlandia es un país nórdico pegado allá a un extremo de Rusia, junto al Mar Báltico, “el país de los mil lagos”, que decíamos antes. Este país no tiene recursos naturales y su himno nacional dice “…somos un país pobre, que no tiene oro. El recurso que tenemos es nuestro pueblo”. Y como son conscientes de eso y han creído en sus posibilidades, este país destaca en todos los informes sobre la enseñanza por el alto nivel de su población estudiantil que llega a que sólo haya un fracaso escolar por cada doscientos alumnos. Para los finlandeses no es suficiente que una sociedad posea algunas personas muy capacitadas. Toda la sociedad tiene que tener la posibilidad de formación durante toda la vida.

Si Finlandia ha sido capaz de llegar a tan altos niveles escolares de éxito, nosotros también podemos hacerlo sin necesidad de inventar la pólvora, que ya está inventada, sino simplemente imitándoles, copiando de ellos lo que necesitemos copiar. Y creyéndonos de verdad que la formación es una necesidad como el comer y el vestir. Algo que está por encima del color político y a lo cual no se debe echar mano con soflamas populistas ni demagógicas para obtener votos.

Es urgente, y hasta podríamos decir que en conciencia estamos obligados, a terminar con nuestro fracaso educativo. Es necesario un gran pacto social en el que participen todos los agentes: padres, profesores, gobiernos y alumnos para enderezar el rumbo de esta nave llamada Educación que va a la deriva y sobre la cual nos estamos conformando en su inevitable fracaso. Si queremos, podemos evitarlo y hacerla llegar a los puertos del éxito.

miércoles, 13 de mayo de 2009

UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE

A.VV. Aldebarán
(Publicado en El Porche nº 10, Mayo 2009)

Desde hace tiempo se viene hablando en diferentes medios de comunicación, del problema del cambio climático en el planeta; ahora el tema principal es el de la crisis. Al final, unos temas van eclipsando a otros, pero todos son importantes, ojalá que el continuo reflejo en la prensa de estos alarmantes asuntos consiguiera que este planeta llamado Tierra, con la preocupación y ocupación de todos los habitantes, siguiera siendo ese bello Planeta Azul, que poco a poco se va tornando un poco gris.
Deberíamos de reflexionar y pensar cada uno en conciencia, como inquilinos de esta preciosa casa prestada a la que no le procuramos todo aquello que merece, como es el cuidado, respeto y mantenimiento de la misma; no sólo deberíamos de conservarla, mimarla como un hermoso y preciado regalo de un ser divino que nos ofrece todo lo que en ella coexiste con el ser humano –calificativo que podemos considerar en ocasiones demasiado generoso, más que nada por el resultado de algunas de nuestras obras en general, como lamentablemente pueden ser las guerras.
Colaborar en lo posible mejorando nuestro pequeño mundo es lo que todos y cada uno de nosotros deberíamos hacer, contribuyendo con aquello que está en nuestras manos y que sólo con un pequeño gesto ayudaría en mucho a mejorar este nuestro hogar temporal. El simple gesto de respetar todo lo que tenemos a nuestro alrededor serviría como una señal importante para que aquellos que trabajan por un bien común intentando transformar el hábitat que les rodea sigan haciéndolo con interés e ilusión.
Hay que dar las gracias a todos esos ciudadanos que afortunadamente se preocupan de la mejora de su entorno, implicándose con interés, por ejemplo, en el ahorro de agua, o evitando que su mascota ensucie las calles de nuestro barrio, que reciclan los envases de vidrio, plástico, etc., que depositan la basura en el horario que hay establecido, que colaboran cuidando, respetando y a la vez disfrutando de las zonas verdes.
Tomemos ejemplo de ellos, instruyéndonos en el respeto, en querer y cuidar a todos los que son nuestros compañeros de viaje en esta apasionante aventura de la vida: plantas, animales, “seres vivos” que no sólo comparten nuestro espacio, sino que con su generosidad nos regalan lo mejor de ellos, sin pedirnos nada a cambio, haciendo mucho más agradable y bello el entorno; y lo más importante: sin ellos, difícilmente podríamos sobrevivir.
Existen muchos colectivos que se preocupan y luchan por mejorar este planeta, seguramente jamás ha habido tanta gente trabajando para intentar transformar esta sociedad, cada uno en la medida de lo posible. Por supuesto, no olvidemos a esa gente admirable y extraordinaria que con sus hechos han dejado una gran huella, personas sencillas que dedicaron su vida a los demás. Todos conocemos a algunas de ellas que jamás persiguieron protagonismo alguno, en su lugar entregaron lo mejor de ellas, su corazón rebosante de amor, bondad y misericordia para conseguir un mundo mejor.

"No me resigno a que, cuando yo muera, siga el mundo como si yo no hubiera vivido" (Pedro Arrupe).

Construir un mundo mejor es tarea de todos, al fin y al cabo es (aunque prestado) nuestro mundo, y seguro que un mundo mejor todavía es posible; el nuestro es Valdefierro.

domingo, 10 de mayo de 2009

EDITORIAL, Nº 10

(Publicado en El Porche nº 10, Mayo 2009)
La vida resurge a nuestro alrededor con renovada intensidad. Todo florece y rebrota, vistiendo nuestro mundo cotidiano de nuevos colores y aromas densos. Es primavera. También es, y no por casualidad, tiempo de Pascua: los ojos de la fe ven al Crucificado que ha renacido a la vida definitiva, contemplan su paisaje inabarcable, deslumbrante, lleno de fragancias desconocidas. La Pascua, lo sabemos muy bien, es tiempo de vida. Eso es lo más palpable de ella: la vida nueva que se nos ofrece en Jesús resucitado.
No obstante, conviene recordar que "pascua" significa "paso". La Vida es el punto de llegada, el destino de ese movimiento. Pero el "paso" entraña abandonar el punto de partida, ponerse en marcha. No da el "paso", no vive la "pascua", quien no está dispuesto a salir de la estrechez de sí mismo y de las prisiones en que tal vez languidece.
No es fácil dar ese "paso". Salir a oscuras de uno mismo para dirigirse hacia una realidad nueva, que nos desborda, que nos ciega con su luz, exige una decisión firme. Y siempre requiere un deseo intenso, que se ha de cultivar con asiduidad y mimo: el deseo o sed de Dios, que es la vida y la paz del corazón humano.
Es primavera. El Resucitado se acerca hasta nosotros, camina a nuestro lado, dispuesto a ayudarnos a dar el "paso". Abramos nuestros sentidos a su llegada.