domingo, 27 de febrero de 2022

CAMINANDO JUNTOS

 Teneis ya disponible el nuevo número de la revista "El Porche" con el título "CAMINANDO JUNTOS". Podeis descargarlo completo en 
https://drive.google.com/file/d/1GFE63PRE_3dc6XAmTxvB1domuWpV7AT7/view?usp=sharing


Para ir abriendo boca os dejamos aquí el editorial:


EDITORIAL

Estamos continuamente rodeados por multitud de realidades y procesos prácticamente
invisibles, difíciles de captar y explicar, como por ejemplo los virus, la función clorofílica de las plantas, el funcionamiento del cerebro humano o las leyes de la naturaleza y de los organismos sociales.
Por eso, a veces, para comprender intuitivamente algo muy complejo, echamos mano de los símbolos. Así, ya los griegos antiguos explicaban la densa red de interacciones de los miembros de una sociedad con el símbolo del cuerpo, símbolo que san Pablo recoge para hablar de la Iglesia.
El símbolo no solo sirve para comprender, sino también para manejarnos con la realidad de que se trate. Si todos formamos un cuerpo, resulta sencillo ver que de ahí se derivan conclusiones prácticas inmediatas (por ejemplo, que cuidar al otro es cuidarse a sí mismo).
El título del presente número de nuestra revista, “Caminando juntos”, es uno de esos símbolos ambiciosos que pretende sugerir mucho con una imagen simple y familiar. Todos tenemos la experiencia de caminar con otros (en paseos, marchas, peregrinaciones…). De ahí que, ante esa imagen, a todos nos broten de inmediato numerosas ideas prácticas para poder “caminar juntos”. A mí, a bote pronto, se me ocurren las siguientes: tiene que haber acuerdo sobre el destino que se pretende alcanzar y, en alguna medida, sobre el camino que se ha de seguir para llegar allí; ha de haber solidaridad entre todos los miembros del grupo (por tanto: el ritmo lo marcará el más débil; el diálogo será fundamental para organizarse y tomar las decisiones necesarias; todos habrán de ayudar a todos para poder seguir caminando juntos; se pondrá en común lo que se tenga para poder alcanzar juntos la meta).
“Caminando juntos” es el lema del actual Sínodo en que está inmersa la Iglesia. El símbolo por sí mismo dice mucho de cómo debería ser este proceso sinodal. Pero, además, el contexto eclesial ahonda y enriquece aún más el símbolo, pues, por un lado, lo convierte en un modo de entendernos como Iglesia y, por otro, inserta en él la profunda convicción de fe de que no caminamos solos ni sin rumbo (no somos individuos aislados ni nómadas): unidos a Jesús, siguiendo la voz del Espíritu Santo, vamos hacia el Padre. ¡Nuestro destino nos espera! ¡Caminemos juntos…!
                                                                          J. Pedro Tosaus

DESAPRENDER LA GUERRA

 

Claudia, una niña de 10 años, nos ha explicado hoy lo que piensa de la guerra...
"Quiero compartir con vosotros lo que pienso de la guerra.
No me gusta nada ver a las personas llorar, sobre todo llorar de rabia y de tristeza. Debe ser horrible ver desaparecer tu casa de repente envuelta por el humo de una bomba. No es justo que tu padre se quede sin trabajo y tú no puedas volver al colegio porque sencillamente está destruido. Es inhumano que un ser humano coja un fusil para acabar con la vida de otro ser humano; y aún es más inhumano si es un niño quien carga el arma en su hombro. No entiendo por qué el mejor amigo de mi hermano podría convertirse en su peor enemigo teniendo que luchar contra él solamente porque alguien lo ha ordenado, para conseguir no sé el qué. Es absurdo pelear hasta morir por un trozo de tierra, porque mi madre me contó un día que Dios nos regaló el planeta a todos, no solo a unos pocos. Dicen mis abuelos que la vida pasa muy rápido y que no merece la pena desaprovecharla y que de aquí no nos llevaremos nada excepto el amor. ¿Por qué entonces hay personas tan preocupadas por tener más y más cosas, y por conseguir cada vez más poder?. No entiendo nada. Es absurdo. Y los que mandan, los que ponen en marcha esta locura se quedan en sus casas, están protegidos; mientras que otros deben ir a matar; y estoy segura de que muchas de estas personas tienen mucho miedo, no querrían hacerlo, pero alguien lo ha ordenado, para conseguir no sé el qué.
Esto pienso de la guerra. Es una locura. Los que hacen la guerra alguna vez también fueron niños. Yo quiero crecer trabajando por la paz. Voy a tratar de sembrar cada día una semillita de paz en mi familia, entre mis amigos, allá por donde vaya. Así, un día alguien podrá recoger esos frutos y confío en que el mundo será un poquito mejor. No quiero aprender la guerra. No quiero hacerlo. Yo aún soy pequeña, pero vosotros los mayores…
Os invito a desaprender la guerra. Estáis a tiempo. ¿queréis intentarlo?"