Tras una breve pausa motivada por la cuarentena de primavera, vuelve la revista "El Porche" de la parroquia Nª Sª de Lourdes de Valdefierro, para recordarnos que estos nuevos tiempos nos piden "Vivir aposta". Os invitamos a leerla y compartirla.
Nuestra vida es una urdimbre de
impulsos, proyectos y circunstancias que se van organizando casi siempre en
forma de costumbres, hábitos y rutinas. A veces, la estructura que forman
tiende a ser rígida, y hay momentos en los que nos pesa y agobia... Pero son
cosas que nos dan seguridad, nos dicen quiénes somos y quiénes queremos ser,
nos guían como un piloto automático en medio de la barahúnda que a veces es
nuestra vida cotidiana. De hecho, cuando sucede algo que altera nuestras costumbres
y rutinas (un viaje, una enfermedad, incluso unas vacaciones...), pronto nos
encontramos añorándolas, pese a que con frecuencia las denostamos.
Con
toda seguridad, nunca hasta ahora nos había sucedido algo como lo que estamos
viviendo, y viviendo colectivamente. La pandemia ha interrumpido prácticamente
todos nuestros movimientos “con piloto automático”. De repente, nos sentimos
aturdidos, desconcertados, en vilo por la absoluta inseguridad que esta
situación genera.
Pero
no podemos aparcar la vida hasta nueva orden. Es verdad que nos enfrentamos a
numerosas limitaciones y cambios. Y que la energía con que contamos es limitada
(justita, a veces). No tiene sentido lamentarse, sin embargo. Y menos aún
sumirse en la tristeza o la apatía. No nos toca a nosotros elegir el momento de
nacer, vivir o morir. Lo que sípodemos
y debemos decidir es qué hacer con el tiempo que se nos ha dado. ¿A qué
queremos dedicarlo?
Plantearnos
esto nos obliga a preguntarnos qué es fundamental y qué es accesorio en nuestra
vida, qué consideramos necesario y qué superfluo, qué valor tienen, en el
fondo, todas esas cosas a las que hasta hace unos meses dedicábamos tanto
tiempo y esfuerzos.
A
partir de ahora, y mientras las cosas no cambien, se impone “vivir a posta”, aceptando
la invitación de la realidad, y de Dios, a aprovechar la oportunidad de estar
vivos, decidiendo a cada paso qué queremos y qué no queremos hacer con nuestra
vida, y buscando con creatividad la manera de mantener en ella lo que
consideremos irrenunciable.
Eucaristía del Primer Domingo de Adviento. 29 de noviembre de 2020
Monición de entrada
Buenos días. Avanza el tiempo y empezamos un nuevo año litúrgico con el Adviento. Tiempo, como ya sabemos, de preparación. Dios se hace presente entre nosotros de la manera más natural y sencilla, un niño en una cuna, frágil, dependiente, necesitado de todos los cuidados. Este año vamos a intentar poner como objetivo de este tiempo VIVIR APOSTA. Esto significa que a pesar de todo lo que nos puede preocupar, atontar, despistar, tenemos que hacer una apuesta por la vida, tenemos que vivir con determinación, con intensidad, de manera consciente. Tanto los momentos de felicidad como los de dolor. Optando por la vida. Tenemos que decir que SI a la vida de manera decidida, completa. El primer SI a la vida es de Dios, nuestro creador, que se compromete con la vida, con la humanidad, con el mundo. Desde el principio de la creación hasta el nacimiento de Jesús. Y definitivamente con la resurrección. Hay que intentar estar atento a todo aquello que nos hace visible ese SI de Dios a la vida. Nos dice el Evangelio hoy que hay que estar en vela, no nos podemos dormir. Hay que percibir ese SI que se presenta de repente ante nosotros: un paisaje, un encuentro con alguien querido, una melodía. Y de manera aún mas palpable, tal y como nos recordaba el evangelio de la semana pasada, en aquel que nos cruzamos y que necesita de nuestra compañía, de nuestra ayuda, de nuestro consuelo, de nuestro tiempo.
Intentemos estar atentos y descubrir el SI de nuestro Padre.
Intentemos VIVIR este adviento APOSTA.
Peticiones de perdón
Reconocemos nuestra falta de ilusión y compromiso con el SI de Dios para intentar VIVIR APOSTA Señor, ten piedad de nosotros
Nos falta hondura y coraje para comunicarnos desde el corazón, la proximidad y el encuentro, conociendo la situación de cada persona y considerando su vida como un misterio. Cristo, ten piedad de nosotros
No somos capaces de contemplar la vida y el mundo con el suficiente amor para comunicar el Evangelio. Señor, ten piedad de nosotros.
Monición a las lecturas
Las lecturas del primer domingo de Adviento ponen ante nuestros ojos la venida del Señor, expresada en Isaías como anhelo de un pueblo que se reconoce lejos de Dios, y que clama, como leemos en el salmo, una nueva vida para poder invocar su nombre. En la segunda lectura y el evangelio, la perspectiva cambia: los cristianos ya han reconocido la venida de Dios en Jesús de Nazaret, como dice Pablo en su carta. Por eso la recomendación es mantener una actitud de alerta, estar vigilantes, para ser capaces de percibir la presencia de Jesús en nuestra vida y mantenernos comprometidos en la construcción del Reino. Escuchemos atentos.
Oración de los fieles
Aguardando la venida del Señor y con actitud de escucha al SI de nuestro Padre, presentemos nuestras oraciones respondiendo: Quiero estar en vela, Señor
1. Enriquece a tu Iglesia con mucha ternura, Señor, para que muestre tu camino a todos los que buscan, y permanezca vigilante y atenta a la presencia del Espíritu en el mundo. Oremos
2. Concede, Señor, a nuestra comunidad de Valdefierro reunida hoy, la capacidad de ser testigo de la Esperanza en el barrio, en Zaragoza y en el mundo. Oremos
3. Ilumina, Padre, a los que queremos colaborar en la construcción del Reino, para que seamos capaces de reflejar el amor de Dios a los que no encuentran sentido en la vida. Oremos
4. Acude por medio de nuestras manos, Señor, a aquellos que sufren soledad, enfermedad, marginación, discriminación o cualquier tipo de aislamiento social. Oremos
5. No nos dejes dormirnos sin escuchar el clamor de los que llaman en las puertas del primer mundo desde las pateras, desde las fronteras del hambre o de las guerras. Oremos
6. Envíanos, Padre tu espíritu para que seamos capaces de mantenernos unidos en torno a tu mensaje y con la alegría suficiente para VIVIR APOSTA en el evangelio. Oremos
Oración
Quiero estar en vela, Señor Preparado para que, cuando Tú llames, yo te abra Despierto para que, cuando Tú te acerques, te deje entrar Alegre para que, cuando Tú te presentes, veas mi alegría
QUIERO ESTAR EN VELA, SEÑOR Que, el tiempo en el que vivo, no me impida ver el futuro Que, mis sueños humanos, no eclipsen los divinos Que, las cosas efímeras, no se antepongan sobre las definitivas
QUIERO ESTAR EN VELA, SEÑOR Y que, cuando nazcas, yo pueda velarte Para que, cuando vengas, salga a recibirte Y que, cuando llores, yo te pueda arrullar
QUIERO ESTAR EN VELA, SEÑOR Para que, la violencia, de lugar a la paz Para que los enemigos se den la mano Para que la oscuridad sea vencida por la luz Para que el cielo se abra sobre la tierra
QUIERO ESTAR EN VELA, SEÑOR Porque el mundo necesita ánimo y levantar su cabeza Porque el mundo, sin Ti, está cada vez más frío Porque el mundo, sin Ti, es un caos sin esperanza Porque el mundo, sin Ti, vive y camina desorientado
QUIERO ESTAR EN VELA, SEÑOR Prepara mi vida personal: que sea la tierra donde crezcas Trabaja mi corazón: que sea la cuna donde nazcas Ilumina mis caminos: para que pueda ir por ellos y encontrarte Dame fuerza: para que pueda ofrecer al mundo lo que Tú me das
Quiero estar, en vela, Señor Entre otras cosas porque, tu Nacimiento, será la mejor noticia de la Noche Santa que se hará madrugada de amor inmenso en Belén. ¡VEN, SEÑOR!