domingo, 26 de enero de 2014

JESÚS ES LA LUZ, ¿QUIERES SEGUIRLE?


EUCARISTÍA DEL DOMINGO 26 DE ENERO DE 2014



MONICIÓN DE ENTRADA


-¡Buenos días, hermanas y hermanos! Un domingo más nos reunimos para celebrar que Jesús está con nosotros.


-Eso es algo que, los que estamos aquí, ya sabemos; pero, no siempre nos damos cuenta de lo que eso significa. Muchas veces, porque andamos en nuestras cosas demasiado liados y no dejamos un espacio en nuestro corazón para verle y escucharle; y otras veces, porque nos cuesta entender lo que nos dicen de él.


-¡A ver! Primero, nace muy pobre en un establo; pero, llegan de todas partes para adorarle, incluso magos desde oriente. ¿Cómo tenían tan claro que era hijo de Dios? ¿Por una estrella? ¿Por un ángel? Después, no sabemos nada de él durante mucho tiempo. Y muchos años más tarde, nos dicen que su primo Juan lo bautiza en el río y se abre el cielo y la voz de Dios dice que es su hijo amado. A partir de entonces comienza a predicar que el Reino de Dios está cerca y va llamando a algunas personas para que se hagan sus amigos y le acompañen en su camino.


-La verdad es que hay cosas muy raras en todo esto. Pero lo que de verdad nos importa es que su vida mereció la pena. Era bueno, ayudó a mucha gente, devolvió la esperanza a los pobres y a los que eran maltratados, trataba bien a todo el mundo…


- Es cierto, y eso sí que lo entendemos, y nos gusta, pero…


-Pero nos cuesta vivir como él lo hizo, y por eso a veces nos hacemos los locos. Cuando él nos llama nos tapamos los oídos y cuando nos mira volvemos la vista para otro lado. Decimos que somos sus amigos, pero, ¿de verdad lo somos?


-Hoy queremos estar atentos a la llamada de Jesús, queremos ver su luz y llenarnos de ella. Queremos dejar un espacio en nuestro corazón para sentirle y escucharle. Queremos hablarle, queremos ser sus amigos de verdad.



PERDÓN


-Porque cuando alguien nos necesita, muchas veces le damos la espalda. Señor, ten piedad.


-Porque nos cuesta guardar silencio para escuchar. Cristo, ten piedad.


-Porque nos fijamos más en las apariencias que en el corazón de las personas. Señor, ten piedad.



MONICIÓN A LAS LECTURAS


Vamos a escuchar lo que Dios nos quiere decir hoy con su Palabra. Muchas veces nos resulta difícil entenderla, y por eso nos cuesta estar atentos. Esto nos ocurre no solamente a los niños, sino también a los adultos. Las historias de Jesús nos resultan más fáciles, pero el Antiguo Testamento… es que no sabemos ni por dónde cogerlo. Los amigos de Jesús tampoco entendían muchas veces lo que Jesús les decía, pero le escuchaban, confiaban en él, le acompañaban en el camino y se sentían muy queridos a su lado.


También hoy Jesús nos llama y nos invita a seguirle. Él es nuestra luz; y el motivo por el cual estamos aquí, todos unidos en una misma fe y un mismo espíritu.



HOMILÍA


(Al principio de la misa se reparten unos papeles a todos para que cada uno ponga su nombre. Se recogen los de los niños y se guardan Los adultos los guardan ellos. En el momento de la homilía se llama a cada niño por su nombre, se les devuelve el papel y se les invita a sentarse delante del altar. Encima del altar habrá velas alrededor. Más tarde se invitará a todos a que coloquen su nombre en una cesta y luego esa cesta se pondrá al lado de las velas como ofrenda. En ese momento se dará a cada persona una vela como signo de que han acudido a su llamada y quieren seguir a Jesús, su luz.)


Durante unos minutos vamos a hacer algo a lo que no estamos acostumbrados: Guardar silencio. Un silencio de verdad. No se trata solamente de no hablar. Primero cerramos los ojos. Nos vamos a olvidar de todo lo que nos rodea, de nuestros problemas y preocupaciones, de lo que vamos a hacer después, de lo que hicimos ayer, de todo.... Vamos a escuchar a Jesús, vamos a escuchar qué nos quiere decir y vamos a escuchar lo que nosotros queremos decirle.


“Mira dentro de ti. 
Jesús te llama por tu nombre. 
Se acerca a ti y te sonríe. 
Quiere ser tu amigo. 
Te da la mano para que le acompañes. 
Te dice que no tengas miedo, que él es tu luz. 
Jesús te necesita para conseguir que el mundo sea un poco mejor. 
Te pide ayuda. 
Necesita tus manos, para acariciar; 
tus ojos, para guiar; 
tus pies, para acompañar; 
tus oídos, para escuchar; 
tus labios, para sonreír; 
tu corazón, para amar.
Jesús es todo lo que deseas y todo lo que sueñas:
Es amigo, confianza, bondad, apoyo, paz, esperanza, fe.
Es solidaridad, unión, escucha, perdón.
Es sorpresa, emoción, silencio, luz, sinceridad, ternura.
Es amabilidad, simpatía, energía, justicia, sueños, camino, libertad.
Es sanar, fiesta, agradecimiento, fuerza y compañía en el dolor, empatía, compasión.
Es palabra, momentos, recuerdos, oración.
Es experiencia, sensaciones, diversión, sentimientos.
Jesús es vida y es amor.

¿Quieres seguir a Jesús?





PETICIONES 

(Repetiremos todos: “Danos, Jesús, tu luz”)

1.- Jesús, queremos trabajar para que nuestra Iglesia sea abierta, acogedora y amiga de todos, como lo fuiste tú. Danos, Jesús, tu luz.


2.-Jesús, queremos aprender a orar, a guardar silencio y a escuchar. Danos, Jesús, tu luz.


3.- Jesús, queremos aprender a vivir con menos cosas y a compartir las que tenemos, para que otros niños tengan las mismas oportunidades que nosotros. Danos, Jesús, tu luz.


4.-Jesús, queremos dejar de pelearnos y enfadarnos por tonterías, para ayudar a construir la paz a nuestro alrededor. Danos, Jesús, tu luz.


5.-Jesús, queremos ser más cariñosos con las personas mayores y dedicarles algo de nuestro tiempo, para que nunca se sientan solas y no pierdan la ilusión y la esperanza. Danos, Jesús, tu luz.


6.-Jesús, queremos cuidar la naturaleza, para que sigamos disfrutando de ella cada día. Danos, Jesús, tu luz.


7.-Jesús, queremos que todas las familias tengan trabajo y una vivienda. También queremos, que los que mandan dejen de aprovecharse de su poder y que trabajen para que todo el mundo pueda tener las mismas oportunidades. Danos, Jesús, tu luz.


8.-Jesús, queremos seguirte, queremos ser tus amigos de verdad. Danos, Jesús, tu luz.

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