Eucaristía 3 Mayo 2015. 5º Domingo de Pascua. Día de la Madre
Monición de entrada.
Buenos días
a todos y bienvenidos. Hoy seguimos celebrando con alegría la resurrección de
Jesús en el 5º domingo de Pascua. Vamos a centrarnos en esta eucaristía en las
palabras que Jesús dirigió a sus apóstoles: el que permanece en mí y yo en él,
ése da fruto abundante.
Cada uno
tiene que plantearse su relación con Jesús, saber que le pide y tratar de
seguir su ejemplo. Esa es la manera de permanecer en Jesús, buscando el encuentro
personal con Jesús vivo, resucitado. Vivo en la oración, en la Palabra de Dios,
en los sacramentos y sobre todo en nuestros hermanos y especialmente los más
necesitados. Si mantenemos la tensión constante por vivir cerca de Jesús, si
nos abrimos a su encuentro, cuando El se nos acerque, nos encontrará con
nuestro corazón abierto para acogerlo.
¿Y qué fruto
podremos dar si nos encontramos con Jesús? Simplemente el amor. Podremos
cambiar un poco la realidad que nos rodea: Consolar al que sufre, acompañar al
solitario, ayudar al necesitado, luchar por la igualdad, trabajar por la solidaridad,
denunciar la injusticia pero siempre y sobre todo contagiar la alegría, estar
alegres y alegrar nuestro mundo. Solos podemos hacer poco. En comunión con
nuestros vecino de Valdefierro, algo más, pero si además todos nos encontramos
en Jesús, seguramente nos resultará más fácil.
Pues vamos a
empezar la celebración con el propósito de vivirla con alegría y que esta
alegría nos acompañe a nuestras casas, nuestros colegios y nuestros trabajos
durante la semana, para poder compartirla.
Y por
supuesto felicidades a todas las madres en su día.
Acto penitencial
A veces no
escuchamos nuestro corazón, dónde Tú nos hablas. Señor ten Piedad
Por no
reconocer a Dios, que está presente en otras culturas, movimientos o personas. Cristo
te piedad.
Por creernos
autosuficiente y no buscar la unión contigo y con todos nuestros vecinos de la
comunidad de Valdefierro. Señor ten piedad
Monición a las lecturas
En la primera lectura, escuchamos
cómo la comunidad de los primeros
cristianos, acepta entre ellos a Pablo, que decía ser discípulo de Jesús,
aunque no había convivido con ellos. Si alguien sigue a Jesús, si alguien vive
el amor en este mundo , es también nuestro hermano, venga de donde venga.
En la segunda lectura, Juan nos
recuerda que es más importante predicar con nuestra vida, con los hechos, que
con las palabras. Si realmente nuestra vida se basa en el mandamiento del amor,
Dios estará en nosotros y nosotros en El.
El evangelio nos recuerda el ejemplo
que Jesús les puso a sus amigos para explicar el tipo de unión que quería tener
con ellos. Nosotros tenemos que vivir en el encuentro con Jesús, un encuentro
que tiene que ser vital, de manera que nuestra vida se alimente de El. Así nuestra
vida será fructífera y contribuiremos con el Reino de Dios.
Oración de los fieles
R.- SEÑOR, QUE DEMOS FRUTO
Por la Iglesia, para que busque a
todos los hombres y les muestre a Cristo como la Vid verdadera en la que
debemos estar injertados.
OREMOS
Por todos los pueblos de la
tierra que sufren la desgracia, hoy recordamos especialmente a Nepal, para que
encuentren apoyo, ayuda y solidaridad de todos los cristianos del mundo.
OREMOS
Por todos los niños y jóvenes que
reciben la Primera Comunión o la Confirmación para que estos sacramentos les
afiancen y sean perseverantes en el caminar con Cristo, Vid verdadera.
OREMOS
Por todos nosotros, miembros de
la comunidad parroquial de Valdefierro, que celebramos esta Eucaristía, para que, unidos
a Jesús por medio de nuestra comunidad, sepamos dar frutos de Amor verdadero.
OREMOS
Por el Papa Francisco, para que
siga alentando a los corazones de su Iglesia y así todos vivamos unidos a
Cristo y a su vicario en la tierra.
OREMOS
Por los que dirigen las naciones
para que descubran que en la unidad el fruto es más abundante.
OREMOS
Por todas las comunidades
cristianas, especialmente por nuestra comunidad de Valdefierro, para que nos
llenemos de alegría, ya que sabemos que Cristo nos ama y comparte nuestras
preocupaciones y nuestros momentos felices.
OREMOS
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