domingo, 27 de enero de 2013

CRISTO ES LA RESPUESTA


Misa dominical 27 enero 2013

Todos somos importantes. El mundo, la naturaleza, la sociedad, nos lo repiten sin cesar, y aún no nos lo creemos.

La naturaleza nos dice que hasta la más pequeña brizna de hierba, hasta el mínimo resto de comida, sirve para que las bacterias o los insectos se alimenten, esos bichos que después serán a su vez comida de aves o ratones, que a la vez serán comidos por otros depredadores, y al final de esta cadena está el homo sapiens, que se alimenta de todos ellos. Si infravaloráramos estos pequeños restos y animalitos, la vida de las personas duraría muy poco.

La misa de hoy nos intenta explicar que todos tenemos muchos valores. El padre o el maestro están acostumbrados a ver en su hijo o alumno un poco más torpe otros valores que compensan la debilidad en algún apartado de su personalidad. No es de extrañar el ver que el alumno o hijo brillante en matemáticas, por decir un ejemplo, sea muy torpe a la hora de hacer un dibujo o de hacer una obra de teatro.

Todos podemos aportar a los demás. El anciano con su sabiduría de la vida y su paciencia, enseña a los que ”se quieren comer el mundo” que la vida hay que tomársela en pequeñas dosis. El niño al que no dejamos intervenir en las decisiones familiares es el que nos deja perplejos con sus razonamientos en situaciones difíciles. El enfermo, el padre o la madre de familia, el extranjero, el feo, el recluso, el que no se lava… todos tienen una sabiduría, un valor, un poder, una habilidad que los demás no tenemos.

¿Sabéis cómo se aprende a ver esto? Pues muy sencillo: mirando con amor a los demás. Solo con eso descubriremos los valores de la vida.

Monición a las lecturas.

El profeta Nehemías en la primera lectura nos recuerda que cada día es un día consagrado a Dios, y que tenemos que vivirlo en su totalidad.

La carta de san Pablo de la segunda lectura es la clásica comparación de los miembros de un cuerpo con los miembros de la iglesia, y es una de las maneras más fáciles de aprender a valorar a cualquier persona por lo que es y no por lo que vale.
El evangelio es la conclusión de todas las lecturas: para valorar y ser valorados por los demás tenemos que seguir los pasos que Jesús nos enseña.

Peticiones.

- Para que aprendamos a no rechazar a los hermanos solo porque no sean como nosotros, roguemos al señor.

- Para que sepamos acordarnos de los demás no solo en los momentos difíciles, sino también en los momentos de los éxitos, roguemos al señor.

- Por los que están pasando por situaciones de necesidad, de soledad, de tristeza, para que encuentren en nosotros un clavo ardiendo a donde agarrarse, roguemos al señor.

- Por los casi 6 millones de parados, para que los empresarios y gobernantes unan esfuerzos en la búsqueda del bien común y no del suyo propio, roguemos al señor.

- Por los niños del mundo, para que recibamos en herencia un mundo más justo y solidario, roguemos al señor.

- Por los jóvenes sin futuro, por los que tienen que emigrar para buscar un lugar en el mundo, para que su juventud, su alegría y sus ganas no se vean eliminados de cuajo y puedan vislumbrar una vida mejor, roguemos al señor.

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