domingo, 27 de septiembre de 2015

ARRANCA LO QUE TE IMPIDA DAR FRUTOS DE AMOR

Eucaristía del domingo 27 de septiembre de 2015

 

MONICIÓN DE ENTRADA

Prosigue la instrucción de Jesús a los discípulos, iniciada el domingo pasado. Hoy habla de tolerancia hacia fuera y de exigencia consigo mismo. No hay fronteras claras entre los que son o no del grupo de Jesús. Y quizás tampoco tenemos que ponerlas. La palabra de Jesús es que dejemos actuar y que nos alegremos de todo lo que es positivo en el mundo, sin sentirnos celosos ni criticarlo. Y al mismo tiempo enseña a valorar los gestos de solidaridad, por pequeños que sean, hacía los discípulos.
Esto contrasta con la dureza de las palabras que siguen. Expresan el valor que Jesús concede a las personas sencillas que creen en él y lo siguen: no hay que poner ninguna clase de tropiezos a la fe de los demás.
Y hablando de tropiezos, dice Jesús, tenemos que ser exigentes en evitar los que hay en nosotros mismos y que pueden impedirnos ser discípulos fieles. Se habla de la mano, el pie, el ojo, indicando toda la persona con sus posibilidades positivas o negativas. Como Jesús, usemos las manos para bendecir, para acariciar, para servir, para ayudar a los demás a levantarse. Aprendamos a andar en la paz, la justicia y la fraternidad. Procuremos tener la mirada misericordiosa del propio Jesús.

 

MONICIÓN A LAS LECTURAS

Las lecturas de hoy nos vienen a decir que, el soplo de Dios, se manifiesta dónde quiere, en quién quiere y cómo quiere. Es decir: que no solamente, los que vivimos cerca de Él, tenemos sus gracias y sus dones. Hay otras personas que, aunque puedan vivir apartadas del camino de la fe, también tienen semillas de amor y de justicia en sus corazones y en sus vidas. La arrogancia no es buena consejera si pretendemos que algunos de los nuestros se acerquen al Señor.

 

ACTO PENITENCIAL

Ante Dios que nos conoce y nos comprende, podemos reconocer nuestra condición de humanos, imperfectos, limitados. Él nos ayuda a aceptarnos con nuestra debilidad.
- Tú que eres un Dios tan comprensivo y tan abierto a todos para aceptarnos. Señor, ten piedad.
- Tú que sabes lo que es ser humano, vivir la historia, sentirse débil y desbordado por la tarea. Cristo, ten piedad.
- Tú que desde nuestro propio interior impulsas nuestra vida para ser más personas. Señor, ten piedad.
Dios nos hace sentir confiados y aleja de nosotros el miedo, porque su amor nos invita a la libertad y a la vida eterna.

 

ORACIÓN DE LOS FIELES.

Te exponemos, Señor, en forma de petición, una lista de nuestras necesidades para que nos animes a trabajarlas contigo.
- Por quienes tenemos fe, esperanza y experiencia de tu amor, para que nos volquemos en contagiar a muchos de ellas que son tan importantes para vivir. Roguemos al Señor
- Por los que no tienen empleo. Por los que se sienten marginados. Por todos aquellos cuya voz no cuenta en nada ni para nada. Roguemos al Señor
- Para que nuestra comunidad acepte la participación de todos en las distintas funciones que tenemos como tarea y todos nos sintamos llamados e invitados a realizarlas. Roguemos al Señor.
- Por los que sufren por carecer de fe, esperanza y amor, por quienes no tienen un sentido positivo de Dios, por quienes creen que la religión es un engaño, por quienes entienden la vida solo desde lo material. Roguemos al Señor.
- Por todos nosotros. Para que seamos acogedores. Para que no seamos orgullosos ni arrogantes con los demás. Roguemos al Señor.
Escucha, Dios bueno, estas peticiones que surgen desde la visión del mundo y desde la escucha de tu Palabra. Haz que pasemos a ponerla en práctica y nos hagamos hermanos de los que más nos esperan. Por Jesucristo Nuestro Señor.

 

PREFACIO

Si la gratitud es fuente de alegría por saber reconocer lo mucho que nos llega desde la generosidad, nosotros no podemos dejar de darte gracias porque la vida y el mundo nos hablan, continuamente, de lo pródigo que eres concediéndonos cosas.
Desde este mundo que nos maravilla cada vez más en la medida que lo vamos conociendo y que nos habla de tu vena de artista y de poeta, porque todo lo has llenado de una parte de belleza que despierta nuestra sensibilidad para disfrutarla y reconocerla. Pasando, también, por la vida que es algo tan sencillo, frágil y, sin embargo, impregnado de complejidad y relación, pero que nos habla de Ti con las palabras calladas de las obras que los artistas hacen. Un mundo que tiene en su interior un hálito de espiritualidad trascendente que nos invita a ir más allá de nosotros mismos y buscarte en todo.
Te damos gracias por todas las personas que suscitas en la historia como testigos de esperanza, afirmadores de la fe, constructores del amor entre todos los miembros de esta comunidad humana que no se tiene, todavía, por familia. Especialmente te damos gracias por Jesús, tu Hijo, nuestro Hermano, que simboliza nuestra realidad presente atada a nuestras violencias pero también representa nuestro futuro de despertar de la muerte a otra realidad que nos darás como hiciste con Él.
Santo, Santo, santo...

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