En estos días no será posible que Jesús llegue a la humanidad si no somos capaces de acoger y confiar , sabiendo que solo desde el amor podremos transformar el mundo. Acoger es mirar con los ojos de Dios todo aquello que ocurre a nuestro alrededor: aquello que pasa en nosotros o muy cerquita de nosotros y también lo que ocurre lejos o muy lejos. Hay muchas situaciones que nos cuesta muchísimo acoger porque no las entendemos, porque nos desbordan, porque nos hacen sufrir, porque son difíciles, porque no nos gustan … en definitiva, porque no las vemos con los ojos del amor de Dios.
Para aprender a acoger como María y José hicieron es necesario primero buscar el silencio. Estos días se llenan de ruidos, de muchas cosas que embotan nuestro corazón. Durante unos minutos podemos intentar encontrar un poco de silencio interior, para desde ahí hacernos esta pregunta: ¿cómo acojo yo la vida? A veces es difícil encontrar silencio, sobre todo dentro de nosotros. Os proponemos una canción por si puede facilitarnos este momento de oración y reflexión personal.
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