II DOMINGO DE PASCUA. 3 ABRIL DE 2016.
Monición de entrada
Bueno, pues se acabó la Semana Santa. Ya se han terminado
las vacaciones de pascua, y empezamos a pensar en las del verano. Finalizaron
las procesiones, los Vía Crucis, los tambores, el olor a incienso…
Jesús resucitó el domingo pasado, y ¡ya está! ¡Se acabó! A
esperar a que al año que viene vuelva a pasar lo mismo otra vez…
Me parece que no nos creemos del todo el que Jesús haya
resucitado. Si de verdad nos lo creyéramos, y además entendiéramos lo que
significa, ¿pensáis que viviríamos de la misma manera, dejando pasar un año
tras otro, una semana santa tras otra,
sin que quede casi ningún poso en nuestro interior?
Nos parecemos mucho más de lo que nos parece a Santo Tomás,
el Apóstol incrédulo, que no se creía que Jesús había resucitado hasta que le vio
con sus propios ojos. Incluso os voy a decir más: aunque viniera el propio
Jesucristo aquí y ahora, creo que la mayoría nos pondríamos a buscar por debajo
de la túnica de Jesús, a ver dónde está el truco.
Esto se llama falta de fe. No tenemos fe, por lo menos no la
suficiente como para creernos la resurrección de cristo, y vivir de acuerdo a
lo que eso conlleva.
Hoy vamos a pedir principalmente en esta misa que Jesús nos
aumente nuestra fe.
Acto penitencial
- Te pedimos perdón señor, por no tener la fe suficiente en
tu amor. Señor, ten Piedad.
- Te pedimos perdón señor, por ser demasiado prácticos y
creer solo lo que vemos. Cristo, ten Piedad.
- Te pedimos perdón señor, por no ser consecuentes con lo
que pensamos y hacemos. Señor, ten Piedad.
Monición a las lecturas
Las tres lecturas de hoy nos recuerdan el porqué ha
resucitado Jesús por nosotros: para curar nuestras almas y nuestros cuerpos.
En la primera, de los Hechos de los Apóstoles, los
discípulos curan en nombre de dios resucitado a todo aquel que se acerca a
ellos.
En el Apocalipsis de San Juan de la segunda lectura, nos
dicen que Jesús, al resucitar, tiene las llaves de la vida, y que la dará a
todo aquel que crea.
Por último, el evangelio de San Juan nos relata lo acaecido
con Santo Tomás, y nos anima a ser perseverantes en nuestra fe.
Peticiones
1.- Para que todos los que formamos esta familia llamada
Iglesia extendamos la fe en Jesús como el gran amigo de todos, Roguemos al
Señor.
2.- Por todas las personas a las que nos cuesta creer, y
solo nos fiamos de lo que vemos, para que nos dejemos llevar por el espíritu
del resucitado, Roguemos al Señor.
3.- Para que todas las demostraciones de religiosidad que se
han visto en esta Semana Santa en tanta gente, no se queden en simples obras de
teatro, sino en modos de vida obrados bajo la ley del amor, Roguemos al Señor.
4.- Por todos los que sufren dolor en cuerpo o espíritu,
para que la misericordia de Dios esté presente en los cuidados que les dan los
más cercanos, Roguemos al Señor.
5.- Por todas las naciones, pueblos y familias que viven en
guerra, para que los responsables convengan dialogar en vez de disparar,
Roguemos al Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario