EUCARISTÍA DEL DOMINGO 30-11-14. PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO.
Pregón de Adviento
Os
anuncio una buena noticia: el Adviento va a comenzar.
Alzad la vista,
restregaos los ojos, despertad, otead el horizonte, porque Dios viene. Daos
cuenta del momento. Avivad el oído para escuchar los susurros o los gritos, el
anuncio de la Vida que va nacer. En el seno de María, crece el germen de un
mundo nuevo.
Amanece la
esperanza en el horizonte en el corazón de todo creyente; porque de los cielos
llueve el rocío de la justicia, de la paz y del amor. Al fondo del adviento se
percibe ya una Navidad gozosa, íntima, fraterna, serena, pacífica y solidaria.
Para algunos puede
ser una Navidad superficial, triste, desgarrada o violenta, pero siempre unida
a la esperanza, esa niña que habita en lo más profundo de nuestro ser y que nos permite esperar un mundo mejor.
El Adviento es un
camino solidario que da la mano al extraviado y al cansado; abraza al solitario
y abandonado; consuela al triste, visita al enfermo, al extranjero y al
encarcelado; da pan al hambriento y agua al sediento. El Adviento se esposa con
la Humanidad sedienta de verdad, de paz y de fraternidad.
Adviento está en
la historia de una virgen llamada María, en gestación de ternura y alegría, en
la cual nos reflejamos, y sentimos que Dios, al visitarla a ella, nos visita
también a nosotros y se hace uno de nosotros, para hacernos semejantes a Él.
Estad alegres, os
lo suplico, os lo repito: estad alegres. El Señor viene y planta su tienda
entre nosotros. Respondamos como María, como los siervos de Dios: Hágase en mí según tu palabra. Y
el Verbo se encarnará y habitará entre nosotros.
Alegraos, saltad
de júbilo, poneos vuestro traje de fiesta, perfumaos con perfumes exquisitos para
recibir a vuestro Dios que viene. Avivad el júbilo y la fiesta. ¡Preparad el camino!
Orad, contemplad y acoged la vida. Ya llega nuestro Salvador.
Colocamos las primeras piezas del rompecabezas que nos va a acompañar durante el Adviento.
Monición a las lecturas.
Isaías, el profeta precursor de Jesucristo también espera
al Señor en la primera lectura y se pone en sus manos para que elimine nuestras
impurezas, para que limpie nuestras manchas y para que renueve y pode nuestras
ramas marchitas.
Sigue San Pablo hablándole a los corintios en la segunda
lectura, urgiéndoles a que seamos nosotros mismos también los que testimoniemos
la próxima venida del Salvador.
El Evangelio de San Marcos nos apremia a que estemos
atentos: Velad, pero con ilusión, no con la desgana del centinela que vigila
solo por cumplimiento.
Peticiones.
1.-
Por todos nosotros, que somos la iglesia, para que seamos signos de alegría en
este tiempo de adviento. Velamos, pero
con ilusión.
2.-
Por los niños y niñas del mundo, para que nos preparemos en este adviento a ser
testigos del amor y de la alegría del niño que va a venir. Velamos, pero con ilusión.
3.-
Por todos los que pasan algún tipo de necesidad material o espiritual, para que
en esta época encuentren cristianos dispuestos a compartir sus talentos con
ellos. Velamos, pero con ilusión.
4.- Para
que tan pronto como sea posible tengamos un nuevo obispo que viva acorde con
las enseñanzas de Jesús y del papa Francisco. Velamos, pero con ilusión.
5.-
Para que en nuestro día a día no seamos como ordenadores o máquinas insensibles
que no se fijan en los problemas de nuestro alrededor. Velamos, pero con ilusión.
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