Una terrible tormenta había hecho zozobrar su barco y había perdido a todos sus compañeros de tripulación. Aferrado a una balsa salvavidas había luchado contra las olas y el sol implacable durante un mes, sin esperanza de ser rescatado, a la deriva en un océano que parecía no tener fin.
Un día, mientras estaba tumbado en la balsa esperando una muerte segura, vio algo flotando cerca. Era una botella con un mensaje dentro. Con manos temblorosas, abrió la botella y sacó el mensaje. Decía: "No pierdas la esperanza, la ayuda está en camino."
No podía creer lo que estaba leyendo. ¿Cómo podía haber un mensaje de esperanza en medio del océano desierto? Pero algo en aquellas palabras hizo renacer sus deseos de vivir. Decidió seguir luchando, convencido de que alguien lo estaba buscando.
Pasaron varios días eternos, la esperanza de ser rescatado comenzaba de nuevo a perderse. Entonces, una mañana, vio un barco a lo lejos. Con todas sus fuerzas, comenzó a golpear su balsa salvavidas con un palo, tratando de llamar la atención del barco. Afortunadamente, el barco lo vio y lo rescató. Juan nunca supo quién había enviado el mensaje en la botella, pero siempre se aferró a esas palabras como un recordatorio de que, aun en los momentos más oscuros, siempre hay esperanza.
Desde 2006, 50 números de nuestra revista “El Porche” han salido rumbo a la inmensidad de nuestra Parroquia, de nuestro barrio de Valdefierro, incluso de otros continentes, con la esperanza de poder compartir fe y vida con sus lectores. Desde el primer número tuvimos claro el propósito de que fuera una revista abierta a la realidad del barrio, y por ello sus páginas han acogido a las asociaciones de vecinos, el centro de mayores, los andarines, el Centro Cívico, el Club de baloncesto, los campamentos, el Banco de alimentos… y a muchas personas que, desde dentro y fuera de la parroquia, han compartido testimonios y experiencias.
Las páginas de “El Porche” han recogido la transformación del barrio en estos 17 años: de las parcelas de adobe a los grandes y modernos edificios, de las entradas de tierra a las grandes avenidas, los nuevos locales parroquiales, los problemas producidos por las dolinas, las reparaciones y mejoras de nuestro templo, la visita de los gigantes y cabezudos al barrio, las reivindicaciones vecinales, la llegada de nuevos vecinos procedentes de los cinco continentes…
Nuestra parroquia también se ha ido transformando interiormente, siguiendo la invitación del papa Francisco a “ser revolucionarios, en el mejor sentido, como lo fue Jesús, y teniéndolo como modelo, hacer la gran revolución del amor, de la esperanza, de la alegría, del buen gusto por la vida”. Han surgido nuevos grupos que han ido compartiendo su experiencia en nuestras páginas, hemos caminado de la mano con nuestros hermanos de Nicaragua, Perú, Abobo, hemos acogido a numerosos misioneros que han visitado nuestra parroquia y nos han dejado su testimonio. En cada número, Cáritas ha acudido fielmente a su cita para recordarnos que hay personas que necesitan de nuestro tiempo y nuestra generosidad para poder seguir adelante. El libro solidario ha conseguido convertir papel en educación para los niños de Abobo. Las celebraciones parroquiales se han ido abriendo a los nuevos tiempos, acogiendo a niños, jóvenes y adultos con un mensaje de compromiso e ilusión… Todo ello ha ido enriqueciendo las páginas de la revista haciéndola rebosar de vida.
Es necesario dar las gracias a todos los que habéis hecho posible el haber llegado hasta aquí. A los sacerdotes de la parroquia: a Jesús Gracia, que desde el primer momento vio claro que la revista debía estar “abierta al barrio”, y que ahora la lee desde el cielo; a Manuel Romanos y Pascal Cheon, que siguen compartiendo su vida con los hermanos de otras parroquias; y a José Luis Juste, que ha apoyado la revista desde su llegada al barrio. Agradecer el gran esfuerzo de Fernando Orcástegui por hacernos más cercano el mensaje del Evangelio en su sección “Muy bueno lo tuyo, Cristo”, que no ha faltado a su cita desde el número 4 (y ya son 47 artículos…). Al consejo de redacción, que puntualmente se encarga de “pensar” cada número de la revista, y que recientemente ha tenido nuevas incorporaciones que darán un impulso de renovación. Y en especial, dentro del consejo de redacción, a José Pedro Tosaus, que desde el primer número nos ha “abierto boca” con su certero editorial.
Y por supuesto, gracias a todos los que habéis contribuido con vuestros testimonios y experiencias a llenar de vida las páginas de El Porche.
Y seguimos… Porque en mayo saldrá el número 51, y así, hasta que Dios quiera, seguiremos lanzando botellas con mensajes que lleven vida y esperanza a quien las reciba.
Jesús Atencia
Coordinador del Consejo de Redacción de “El Porche”
50 BOTELLAS LANZADAS AL MAR TE ESPERAN EN ESTE ENLACE:
https://drive.google.com/drive/folders/1t5GPw3JJJYziqhi_TD45bmmQ76pWtAtP
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