Parece que esto del coronavirus nos ha hecho poner los pies sobre la tierra en muchos aspectos. Cosas que antes creíamos importantísimas, ahora nos parecen insignificantes, y al revés, cosas que antes no dábamos importancia, ahora son trascendentes. Ahora valoramos mucho más un simple beso, un pequeño paseo por la calle, leer un libro con tranquilidad, poder ir a trabajar, tener las tiendas abiertas, ver y hablar con nuestros amigos y familiares...
Hoy, en el día de la Ascensión, Jesús, que llevaba 33 años con nosotros con los pies sobre la tierra viendo nuestras necesidades y nuestras carencias, ya nos ha entendido y nos conoce, ya ha hecho su labor entre nosotros y nos deja su doctrina, su manera de hacer las cosas. Y vuelve al Padre.
La Ascensión de Jesús no es otra cosa que lo que nos está diciendo en su Evangelio desde hace 2000 años: las cosas importantes de la vida son el amor y la buena relación con tu prójimo y contigo mismo. ¡¡Y que tenga que venir un bichito microscópico a recordárnoslo!!
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