EUCARISTÍA DEL DOMINGO 24 DE MARZO DE 2019. 3º DOMINGO DE CUARESMA
Monición de entrada
En primer lugar, hoy celebramos en
nuestra parroquia el día del Seminario. En la Diócesis de Zaragoza, a la cual
pertenecemos, actualmente hay 16 seminaristas entre todos los cursos, es decir,
entre 2 y 4 por año. Las cifras son totalmente insuficientes para llegar a
todos los cristianos de nuestros pueblos y ciudades, ya que, con números en la
mano, ahora mismo hay unos 350 sacerdotes de los que unos 200 están jubilados
con 75 años o más. Nosotros tenemos todavía la gran suerte de tener un cura
“joven” y dinámico exclusivo para nuestra parroquia, pero hay mucha gente en
nuestra diócesis que tienen curas muy mayores o tienen un cura para repartirse
entre varias parroquias.
Necesitamos curas para nuestras 276 parroquias.
Tenemos el deber de apoyarles con todo nuestro aliento, tanto moral como
económico, y también muy importante con nuestra oración, ya que vienen a ser
llamados los principales dinamizadores de la acción pastoral y evangelizadora
de nuestras iglesias locales.
Y hablando de rezar para que surjan
nuevas vocaciones, hoy también lo vamos a dedicar a hacer un repaso de nuestra
oración. Nos podemos hacer varias preguntas:
- ¿Rezamos
suficientemente? Tanto que hablamos, por ejemplo los árabes nos llevan mucha
delantera en la oración, ellos rezan CINCO
veces al día, de rodillas y mirando a La Meca. ¿Podíamos aprender algo de
ellos? ¿Rezamos ni siquiera la cuarta parte que ellos?
- Cuándo
rezamos, ¿estamos concentrados en hablar con Dios, o nos pueden nuestras
obligaciones, nuestras preocupaciones o los ruidos de alrededor?
- Cuando
rezamos, ¿pedimos o damos? ¿Pedimos cosas a Dios o nos ponemos a su disposición
para hacer lo que Él nos pida?
- ¿Rezamos
alguna vez en familia o en comunidad, o siempre solos?
Hoy vamos a reflexionar sobre cómo
es nuestra oración, y cómo, dentro de nuestro capullo, ese que tenemos en la
pantalla y sobre el altar como símbolo para esta Cuaresma, necesitamos de la
oración para dejar de ser gusanos y convertirnos en mariposas, es decir, dejar
de pensar en la muerte de Jesús para creer en su Resurrección.
Peticiones de perdón
- ¡Con
qué facilidad cambiamos las cosas cuando no nos gustan! Si vemos a alguien que
necesita nuestra ayuda, volvemos la cara. Si no nos gusta un programa,
zapeamos. Si no nos gusta nuestro cuerpo, nos maquillamos o recurrimos a la
cirugía estética. Y así muchas cosas más. Te pedimos perdón por querer ser
siempre los primeros, los mejores, los más guapos. Señor, ten piedad.
- Rezamos
muy poco, y la mayoría de las veces, además, lo hacemos de prisa y corriendo,
de carrerilla y sin hablar realmente con Dios, sino de decirle solo nuestras
cosas, pero sin escuchar lo que Él nos dice. Cristo, ten piedad.
- Te
pedimos perdón también Señor porque no valoramos convenientemente el esfuerzo y
el valor que han tenido, tienen y deben de seguir teniendo todos los días de su
vida las personas consagradas a Dios: sacerdotes, religiosos, misioneros y
seglares. Señor, ten piedad.
Monición a la 1ª lectura
Al igual que a Moisés en el
desierto, hoy en día Dios nos sigue llamando de muchas maneras. Él respondió:
Aquí estoy. Nuestros seminaristas también han respondido de la misma manera a
esa llamada, y se comprometen a estar dispuestos a guiar al pueblo de Israel
hasta los brazos de Dios.
Monición a la 2ª lectura
San Pablo nos recuerda que todos
hemos bebido de las mismas fuentes, y no debemos intentar ser unos más que
otros, porque el que se intenta elevar sobre los demás, tiene mucho más fácil
caerse de su pedestal.
Monición al Evangelio
La
función del cristiano no es la de arrancar de cuajo al que no da fruto, sino
trabajarlo, podarlo, entrecavarlo, echarle abono y mimarlo hasta que lo dé. Hay
que perder tiempo y esfuerzo en las relaciones con los demás.
Peticiones
- Pedimos
al Señor que proteja a la Iglesia, la oriente, y mande a su seno testigos de su
amor en forma de nuevas vocaciones sacerdotales y religiosas. Señor, enséñanos a orar.
- Para
que nos creamos que la fuerza de la oración es capaz de mover montañas,
yihadismos, Donald Trump y cualquier otra injusticia en el mundo. Señor, enséñanos a orar.
- Para
que no dejemos que nuestra higuera interior se seque y no dé fruto, y sepamos
entrecavarla y abonarla con la fuerza de nuestra oración y la ayuda de nuestra
comunidad. Señor, enséñanos a orar.
- Por
los que casi siempre pensamos primero en nosotros mismos, para que aprendamos a
descubrir las cualidades y las bellezas de los demás. Señor, enséñanos a orar.
- Por
nuestro cura José Luis, para que nos infunda ánimos a cada uno de nosotros y
sepamos seguir a Dios más de cerca gracias a su colaboración. Señor, enséñanos a orar.
- Y
también por el resto de sacerdotes, pasados, actuales y futuros. Ellos nos han
guiado hasta hoy y les pedimos que lo sigan haciendo. Señor, enséñanos a orar.
PADRE NUESTRO,
QUE ESTÁS EN LOS
CIELOS.
Al llamarte PADRE,
acudimos a ti con la confianza de hijos.
Al decirte NUESTRO
queremos decir que vamos a tratar a nuestro prójimo como hermanosy que vamos a
intentar salir de nuestro individualismo, de nuestro hedonismo y de nuestro
narcisismo.
SANTIFICADO SEA TU
NOMBRE.
Estamos pidiendo a
Dios que su nombre sea respetado, y que seamos fieles y obedientes a su
doctrina cristiana.
VENGA A NOSOTROS
TU REINO
Le pedimos a Dios
que su reino de paz, justicia y amor se quede entre nosotros, pero nosotros
también debemos de trabajar para que se cumpla ese sueño.
HÁGASE TU VOLUNTAD
EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO
Te pedimos que nos
ayudes, ya que nosotros solos no somos capaces de hacer tu voluntad y
necesitamos la fuerza de tu Espíritu.
DANOS HOY NUESTRO
PAN DE CADA DÍA.
Con esta frase, te
estamos rogando que nos des tu alimento, la Eucaristía, a la vez que te pedimos
que obtengamos las cosas necesarias para seguir viviendo.
PERDONA NUESTRAS
OFENSAS COMO TAMBIÉN NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN.
Te estamos pidiendo
que aprendamos de tu manera de perdonar a tus Hijos, siempre y sin reservas,
y que lo sepamos
aplicar
a nuestro prójimo.
NO NOS DEJES CAER
EN LA TENTACIÓN
Te estamos pidiendo
que nos acompañes siempre en nuestro transitar por la vida, y que nos ayudes a
seguir el camino recto hacia la salvación.
Y LÍBRANOS DEL MAL.
Es decir, no dejes
que el mal se ensañe con nosotros, y que nosotros no transmitamos el mal.
AMEN.
Que se haga como
Tú quieras, y que
así sea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario