EUCARISTÍA DEL DOMINGO 24 DE ENERO DE 2016
MONICIÓN DE ENTRADA
¡Buenos días a todos!
¿Tenemos motivos para estar alegres?
¿Y para estar tristes?
Es cierto que nuestro mundo podría estar bastante mejor, empezando por nosotros.
Jesús nos da la clave para conseguir cambiar las cosas.
Para empezar no estamos solos; el mundo somos una familia, todos formamos parte de él y nos necesitamos.
Y el Espíritu de Jesús nos acompaña siempre. Ni Jesús puede hacer nada sin nosotros, ni nosotros podemos hacer nada sin Él y sin los demás.
Solo tenemos que querernos un poco más, fijar nuestros ojos en Jesús y llevar a cabo el sueño que Dios tiene para la humanidad.
¿Qué es lo que puedes descubrir hoy…
…si fijas tus ojos en Jesús de Nazaret?
Un hombre movido por el Espíritu;
su vida está orientada por la fuerza y amor de Dios.
Profeta de Dios,
dedicado a abrir nuevos caminos de encuentro, vida, fraternidad.
Buena noticia para los pobres
Su amor solidario es signo de esperanza
y apuesta por la dignidad y futuro de las personas.
Dedicado a liberar
rompe esclavitudes y humaniza.
Hoy también se cumple el Evangelio.
El Espíritu de Dios está con nosotros
y nos envía a anunciar la Buena Nueva de Jesús.
PERDÓN
-Somos esclavos del tiempo, del dinero, de las seguridades, de nuestros miedos… Señor, ten piedad.
-Con frecuencia, fijamos los ojos en el lugar equivocado; en nuestra autosuficiencia, en el qué dirán… Cristo, ten piedad.
-En ocasiones, no somos Buena Noticia para los demás; no ayudamos a liberar, no favorecemos el encuentro ni la fraternidad, no denunciamos las injusticias ni somos generosos… Señor, ten piedad.
PETICIONES (Respondemos “Envía tu Espíritu, Señor”)
1.- Por la Iglesia, para que sea fuente de liberación y Buena Noticia. Envía tu Espíritu, Señor.
2.- Por todos los responsables del gobierno de las naciones, para que cuiden y se preocupen de las personas, especialmente las más desfavorecidas; y pongan los medios necesarios para que desaparezcan las desigualdades e injusticias en el mundo. Envía tu Espíritu, Señor.
3.- Por todos aquellos que sufren esclavitud, opresión, violencia, marginación; para que descubran la mirada liberadora de Jesús a través de nuestras denuncias, nuestra entrega y apoyo. Envía tu Espíritu, Señor.
4.- No queremos que ningún niño sea esclavo ni que vaya a la guerra.
Queremos que todos los niños puedan ir al colegio.
5.- No queremos que haya niños maltratados y abandonados.
Queremos que todos los niños tengan una familia que les cuide y les quiera.
6.- Queremos que todos los papás y mamás puedan tener un trabajo; y que se les trate bien y se les reconozca todo lo que hacen.
7.- Queremos vivir libres de contaminación, respirar oxígeno en lugar de productos tóxicos.
8.-Queremos disfrutar de la naturaleza, sin basuras. Queremos cuidar de nuestras plantas y bosques. Nos gusta el azul de los mares y ríos. Y nos encantan los animales.
9.- Queremos vivir en paz, jugar, dar y recibir abrazos y besos. Y aprender muchas cosas para poder construir un mundo mejor.
Por todo esto, Envía tu Espíritu, Señor.
El mensaje de la Palabra de hoy está lleno de esperanza para el mundo.
Todos somos miembros de una misma familia. Y todos somos enviados para anunciar la Buena Noticia de Jesús, para transformar el mundo. Cada uno con nuestras capacidades, con nuestros talentos, como nos decían el domingo pasado. No somos ni más ni menos importantes, ni somos mejores, ni peores. Todos y cada uno de nosotros somos valiosos y tenemos mucho que dar, mucho que decir, mucho por hacer.
Somos llamados a anunciar el Evangelio.
Pero… ¿Qué Buena Noticia es la que transmitimos? ¿Cómo es la vida que vivimos? ¿A qué damos prioridad? ¿Somos liberadores, transmisores de paz, somos generosos, serviciales…? ¿Dónde fijamos nuestros ojos?
“ …No tengo tiempo para nada. Es que ahora no me viene bien. Ya quedaremos en otra ocasión para hablar un rato y tomarnos un café. Te llamaré cuando pueda…”
Cuando cerramos la puerta a personas que nos necesitan, no estamos siendo buena noticia para ellos.
“… Que recoja tu madre a los niños del colegio, los lleve al inglés y después a baloncesto. Tú te encargas de la cena; tengo un curso y antes de volver a casa quiero pasar por el gimnasio; sabes que me viene muy bien para el estrés. Cuando llegue ya repasaré los deberes con los niños…”
Si nunca encontramos tiempo para estar con nuestra familia, para disfrutar y reír juntos, para contarnos cosas… no estamos siendo buena noticia para ellos.
“Esa tía es tonta…. A mí no me vuelve a dejar nunca más en ridículo delante de todos. Mañana cuando la coja se va a enterar. Le pienso hacer la vida imposible…”
Cuando utilizamos la violencia para resolver las cosas, en lugar del diálogo, el perdón y la paz… no estamos siendo buena noticia para los demás.
“…Es una pena que se hayan quedado en la calle, pero yo no puedo hacer nada. No les voy a dar mi casa. De todas formas, donde tendrían que resolver sus problemas es en sus países, que nosotros ya tenemos bastante…”
Cuando nos desentendemos de las injusticias y desigualdades y miramos para otro lado… no estamos siendo buena noticia para nuestros hermanos.
“Estudiar es un rollo, yo paso… Para qué me va a servir… Ya habrá otros que hagan las cosas por mí.“
Si no somos responsables de aportar nuestro granito de arena para construir un mundo mejor… no estamos siendo buena noticia para el mundo.
“Yo ya no creo en la política, ni en los partidos, ni en nadie. No existe la utopía, ni las ideologías. Solo existen el egoísmo y el poder que corrompe a todo el que llega a él. No pienso participar nunca más en ningunas elecciones.”
Cuando perdemos la fe en el ser humano y cuando perdemos la esperanza de que un mundo mejor es posible…no estamos siendo buena noticia para nadie.
Ojalá esta reflexión nos sirva para revisar un poco nuestra vida. Quizá nos hayamos sentido reflejados en alguna de estas realidades. Dios confía en nosotros. No podemos quedarnos paralizados ante las limitaciones y dificultades cotidianas. Tampoco podemos echar siempre balones fuera y creer que la responsabilidad es de los demás. Pongamos nuestro granito de arena. El Espíritu de Dios está con nosotros. La profecía de Isaías no es solo un papel…
No hay comentarios:
Publicar un comentario