Misa del domingo día
2 de Marzo de 2014.
Monición de entrada.
Hay veces que
estamos tan ensimismados en nosotros mismos mirándonos el ombligo, que no somos
capaces de levantar la vista y ver lo que ocurre a nuestro alrededor. Parecemos
topos cegatos, incapaces de ver 10 centímetros más allá de nuestras narices. Y
eso nos impide ver algo importante: que otras personas nos necesitan.
La misa de hoy la
vamos a dedicar a recordarnos que todos podemos hacer algo por los demás.
¿Cómo? Pues de
dos maneras principales.
La primera es
participando a nivel personal en diferentes organizaciones que se dedican a que
el mundo sea mejor o a redistribuir de una manera más equitativa la riqueza mal
repartida. En esta asamblea hay claros ejemplos de ello: basta recordar la
contribución de María y Miguel Taboada en sus misiones de Etiopía y Brasil, o
de voluntarios en la Cruz Roja, o colaboradores de diversas ONG’s como
Intermón, Médicos sin fronteras, Comercio Justo, Cáritas, Green Peace… La lista
es casi interminable, y tenemos para todos los gustos y colores.
La segunda manera
es a nivel de parroquia. En nuestra comunidad parroquial queremos recordar hoy
tres acciones que llevan varios años funcionando:
-
El hermanamiento con la comunidad de San Judas,
en Nicaragua.
-
La creación de becas para maestros nativos en
Tinta, Perú.
-
La campaña del Libro Solidario para recaudar
fondos para diversas obras de apoyo a diferentes colectivos.
No
podemos poner ninguna excusa: El que no participa en algo es porque no quiere.
Peticiones
de perdón.-
- Por las veces que cerramos los ojos a las
necesidades de nuestro prójimo, Señor, ten piedad.
- Por las vanas excusas que ponemos para
tranquilizar nuestras conciencias, Cristo, ten piedad.
- Porque pensamos que todos viven tan bien como
nosotros, Señor, ten piedad.
Monición
para la primera lectura.-
Esta
corta primera lectura, del libro de Isaías, es semejante al grito de una madre
del tercer mundo que pide nuestra ayuda y quiere llegar a nuestro corazón.
Monición
para la segunda lectura.
San
Pablo nos recuerda en esta segunda lectura que en esta vida somos servidores. Y
el que no sirva, tendrá que dar cuentas a Dios y a los demás.
Monición
para el Evangelio.
El
Evangelio de San Mateo nos habla de elegir entre dos amos: Dios o el dinero.
Hoy también nos da a nosotros otra elección: podemos pensar sólo en nosotros
mismos, o podemos echar una mano al otro.
Homilía.
Nos cuentan sobre el hermanamiento con Nicaragua, las
becas de Perú, y el Libro Solidario
Peticiones.
- Queremos que las enseñanzas del Papa Francisco y
del resto del clero sean reflejo de las enseñanzas de Jesucristo, y nos ayuden
a amar y ayudar a los que nos necesitan. Jesús, ayúdanos a ver las necesidades
de los demás.
- Para una mayor igualdad entre todas las gentes
del mundo, deben cesar las ambiciones, las injusticias y las enemistades. Jesús, ayúdanos a ver las necesidades de los demás.
- Queremos que con Tu palabra y la ayuda de
nuestros hermanos de la parroquia de Nuestra Señora de Lourdes aprendamos a
abrir nuestro corazón, nuestro tiempo y nuestro bolsillo a los demás. Jesús, ayúdanos a ver las necesidades de los demás.
- Pedimos por nuestros amigos nicaragüenses de San
Judas, para que sigan realizando su labor cristiana cada vez en mejores
condiciones y con mayor alegría. Jesús, ayúdanos a ver las necesidades
de los demás.
- Deseamos que los niños del altiplano peruano
tengan unos profesores modelo y ejemplo de lo que Jesús quiere de nosotros. Jesús, ayúdanos a ver las necesidades de los demás.
-
Por los jóvenes y adolescentes de la parroquia
que participan generosamente en el proyecto del Libro Solidario, para que
encuentre a Jesús en la ayuda al necesitado. Jesús, ayúdanos a ver
las necesidades de los demás.
Momento
de la comunión.
Yo creo que a nadie le gusta comer solo en una mesa: nos aburrimos, no disfrutamos de la comida, necesitamos compañía. Comunión significa común unión, es decir, unidos podemos hacer cosas en común que no podríamos hacer en solitario.
Hoy,
a la hora de acercarnos a comulgar, vamos a hacerlo en compañía. Los sacerdotes
se pondrán en el centro, y habrá dos filas, como todos los domingos; pero al
llegar a comulgar, nos juntaremos con la pareja que nos toque de la otra fila,
y podemos tener un gesto con él: comulgar dándonos la mano, o abrazados, o
mirándonos de frente…
Será
un gesto que significará que queremos unirnos a Dios a la vez que nos unimos a
los demás, y nuestro compañero de fila representará por unos instantes a
nuestros hermanos de Nicaragua, Perú, Etiopía y del resto del mundo.
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